Con los tiempos que corren y sin el banderín de la capitalidad, todo hacía presagiar que la próxima edición de Cosmopoética sufriría grandes recortes, en opinión de los más optimistas, ya que para los pesimistas su continuidad estaba seriamente en duda. Afortunadamente, la poesía se salva y, aunque nunca es plausible un recorte cultural, en esta ocasión casi hay que agradecer al Ayuntamiento que Cosmopoética mantenga un presupuesto digno.