Chantal Maillard (nacida en Bruselas, 1951 y de nacionalidad española), publica Lo que el pájaro bebe en la fuente y no es el agua (Galaxia Gutenberg, 2022), poesía reunida 2004-2020 en edición y estudio preliminar de Virginia Trueba Mira y posdata de Miguel Morey. Este volumen incluye la obra poética que inicia un recorrido desde Matar a Platón (2004) y finaliza con Medea (2020). En este itinerario destaca y es parte vital del mismo un texto de largo recorrido, el poema Escribir: «Escribir / para rebelarse. Escribir / para reorganizar. / Escribir / sin hacer concesiones». 

Maillard es una de las voces más versátiles, radicales y respetadas de la literatura actual española y europea, con una escritura híbrida, en una apuesta de vida y pensamiento capaz de iluminarnos y de enorme interés, nos dice: «Escribo para que el agua envenenada pueda beberse». Y en la sinopsis del libro: «Pasar entre las formas como un animal entre la hierba, quedando tan solo la fragancia en su pelaje. Aspiro a ser el humilde aprendiz de ese animal». Así define Chantal su territorio híbrido, abierto, fronterizo, entre la poesía y la filosofía, el ensayo y la reflexión de los diarios. 

No es una poesía fácil, tampoco hermética del todo, porque la realidad de nuestro tiempo está ahí, de manera singular y otras más directa. Porque la poesía de Chantal dice cosas, cosas que no nos gustan, cosas reales que duelen cuando alguien las dice, de nuestra sociedad, de nuestra época. La escritora, en una entrevista, responde: «Sólo me hago preguntas y algunas quedan resonando». También ha dicho: «Oídme. /Hablo / de cosas muy concretas. Hay que estar a la escucha», nos dice. 

La obra de Maillard encarna el trabajo de la conciencia para curarnos de nuestra ceguera como especie, ciegos y desmedidos. Saber leer, ir más allá.