Algo que ya sabíamos todos los lectores de Alberto Díaz--Villaseñor --autor teatral, narrador y poeta-- era su apego inquebrantable a la llamada novela policiaca o novela negra. Muchos son los modos en que lo ha confesado públicamente e incluso tenemos declaraciones suyas en donde demuestra su culto por autores del género, como Guillermo Orsi, quien precisamente --y junto a José Ramón Gómez Cabezas y Ricardo Bosque-- es uno de los prologuistas de este libro que ahora publican como autores él y su hermano Heliodoro bajo el título de 68 perlas negras. Antología de relatos negro-criminales . Al leerlo hemos tenido la convicción de que estamos antes un conjunto de textos que se sustentan en la investigación, lo policiaco y lo criminal, sin que sean estas las únicas derivaciones de la materia literaria.

No podemos comentar aquí en detalle cada uno de estos relatos --agrupados en dos apartados de 23 y de 45 títulos respectivamente-- pero sí remarcamos, por ejemplo, que el primero, titulado Oportunidad , lleva a su contenido el momento exacto y oportuno en que la caída de un viajero en la escalerilla del tren propicia que el pistolero que lo persigue sorpresivamente "le apunta con un calibre 22 y le dispara a la cabeza (...)". Más adelante, catorce renglones bastan para crear ambiente, cargarlo de sorpresa y diluirlo con una inesperada detención policial. Y esto es así porque, entre otras razones, la mayoría de estos relatos son muy breves: entre una o dos páginas, si bien otros amplían algo su extensión y pueden situarse normalmente entre las tres y las ocho. En este último caso está Torneo , cuyas primeras palabras "Se lleva la mano a la cintura y saca la H&K USP de su funda, la mete en el cajón de su mesa y lo cierra con llave", no solo despiertan la curiosidad y las expectativas, sino que son la base para un texto mayormente dialogado que contrasta los pros y los contras de una acusación policial menos defendible de lo que desea el inspector que dirige la operación.

La agilidad narrativa, la sorpresa que produce a menudo un inesperado suceso o asesinato o ajuste de cuentas y la prontitud con que se resuelven las situaciones, las sospechas o las traiciones sobrevuelan por los planteamientos argumentales de estos relatos, que abundan unos en la vida de seres ejecutores del mal, por venganza, locura o capricho, mientras que otros presentan a la policía como quien desea atajarlos o aminorar sus efectos. Daremos algún ejemplo más. En Ocaso (donde una repentina criminal "deja caer la bolsa a sus pies y le dispara en la entrepierna con el Smit & Wesson 2 pulgadas que sostiene en una mano"), en Dos balas (leemos: "Me aproximé por su espalda, cerca del andén, mientras levantaba el percutor en el interior del bolsillo del abrigo"), o en La denuncia , tenemos una mínima muestra de todo el abanico de posibilidades legales, criminales o sociales que el mundo de la delincuencia, de la insidia o de la investigación criminalística pueden deparar si se repara en él para destacar, en el instante menos esperado, lo que puede ser una explosión de violencia, maligna sagacidad o intempestiva mala suerte.

'68 perlas envueltas para regalo. Antología de relatos negro-criminales'. Autores: Heliodoro y Alberto Díaz-Villaseñor. Edita: Amazon. USA, 2015.