La nueva colección de poesía que bajo el título de Año XIII edita Calixto Torres abre con un poemario de un poeta albaceteño afincado en Córdoba hace ya algunos años. Julián Cañizares es un autor poco prolífico, y por ello y por el acierto en su línea de trabajo sus entregas guardan una consistencia, medida por la originalidad de la propuesta, por la apuesta misma de una estética y una ética propias.

El concepto de espacio se asocia aquí al de la pérdida, el recuerdo que permanece es a través de los sitios en los que se ha tenido una vivencia-experiencia, ya que el tiempo ha desaparecido. En versos como "Un zorro que, si estuvo, está" se avisa claro de que algo permanece, a pesar de las distancias, e incluso cómo ese algo va buscando su modo de acomodarse, proyectándose en los elementos del entorno y no directamente sobre el sujeto poético: "Los zorros no estaban en ti, pero si estaban en mí". A partir de ahí, de ese primer poema, toda una declaración de intenciones parece ir llegándonos, sin embargo conviene no perder de vista que la esencia de muchos de estos poemas no es tan solo el recuerdo como un hecho aislado, sino que se inserta dentro de todo un contexto en el que lo emocional transcurre con fluidez: "Sé que miré todo lo bien que se puede mirar. / Tengo ese lugar en la casa,/ cuando quiero decir las palabras que siento". Lo que permanece es lo que realmente va a dejar constancia del hueco: los lugares, los sitios, eran de una forma antes, y tras el paso de la vivencia, se transforman en otros muy distintos, algunos conservan ese punto de fuga: "Todos nuestros lugares tenían escapatorias... " e incluso dichos lugares se hacen, se van construyendo a través de ese contacto, de la conciencia del instante: "Tú dirigías el lugar que estaba haciéndose". A esa construcción no es ajeno el sujeto poético, cuya implicación es profunda, a pesar de lo fragmentario de los versos, de ese juego constante con el movimiento u oscilación de las imágenes, las situaciones. Las cosas hacen más por quedarse en esa retina que el propio sujeto, y éste, rendido ya ante la evidencia de que el dolor tiene lugar en el mapa y en la vida, afronta ese sino de recordar no lo que uno quiere, sino lo que fluye caprichoso del fondo de la memoria. Quizás uno de los momentos álgidos de esta entrega venga encarnado en el poema Diferencia con la muerte , que resume y comprime todo lo expuesto. Cañizares mantiene cierta huella de su anterior libro, pero es capaz de progresar, de trazar un itinerario sólido en el que el riesgo es tan visible como necesario.

'Lugar y esquema'. Autor: Julián Cañizares Mata. Edita: Colección de poesía Año XIII. Córdoba, 2013