REPORTAJE

El Santo Entierro de Montilla descubre la fecha de donación de su Cristo

Este martes se han cumplido 350 años de la cesión del Señor Yacente y de la urna que sale en procesión en la tarde-noche del Viernes Santo

La efeméride ha sido conocida gracias al historiador Antonio Luis Jiménez, que ha hallado una escritura

El Señor Yacente, junto a María Santísima de la Soledad, en la Parroquia de El Santo.

El Señor Yacente, junto a María Santísima de la Soledad, en la Parroquia de El Santo. / José Antonio Aguilar

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

La Pontificia Hermandad del Santo Entierro, Soledad y Angustias de la Madre de Dios de Montilla está de aniversario. Y es que justo este martes se han cumplido 350 años de la donación, a cargo de un grupo de montillanos, de la imagen del Señor Yacente y de la urna que, cada Viernes Santo, cierra los desfiles pasionistas en la localidad al ritmo del singular Tambor de Viruta.

La efeméride ha sido conocida gracias al historiador montillano Antonio Luis Jiménez Barranco, que ha localizado la escritura notarial otorgada entre los devotos donantes del grupo escultórico y el hermano mayor de la cofradía, que tal día comohoy, pero de 1674, se reunieron en la capilla de la Soledad de la iglesia de San Agustín para certificar, ante escribano público, esta importante donación que configuró para siempre la estética de su cortejo.

«Como se puede comprobar en el acta notarial, desde un punto vista jurídico la donación quedó registrada con todo tipo de detalle», subraya Antonio Luis Jiménez, quien hace hincapié en que «los mecenas expusieron sus intenciones sobre el bien donado e incluyeron las disposiciones y prerrogativas que consideraron pertinentes para el presente y futuro del bien, además de reservarse el derecho de revocación en caso de extinción de la cofradía».

Para el investigador montillano, «resulta de gran interés la pormenorizada descripción de la imagen de Cristo Yacente», que en la escritura se describe de «estatura del natural, encarnada y acabada en perfección». Al igual que la urna que le acompaña, de nobles materiales adquiridos y utilizados ex profeso para el sepulcro.

El historiador montillano reconoce que aún quedan «muchas aristas abiertas a la investigación», como puede ser la autoría y el lugar de adquisición de las piezas donadas, que no se mencionan en la escritura, aunque subraya el interés de este hallazgo documental, ya que ha permitido fijar la datación de la imagen del Cristo Yacente y de su urna, «una iconografía que forma parte de la identidad cofrade de Montilla desde hace justo 350 años».