ACTIVIDAD ORGANIZADA POR GALLEROS ARTESANOS

Adiós al belén de chocolate de Rute

Los escolares ruteños participaron en una actividad lúdica y educativa en la que vieron cómo las piezas que componían el mayor atractivo turístico de la Navidad local se derretían ante sus ojos

Los niños aportan sus piezas para que el maestro chocolatero las derrita.

Los niños aportan sus piezas para que el maestro chocolatero las derrita. / PADILLA

Como cada final de la campaña turística, los alumnos de los colegios ruteños derriten el Belén de Chocolate, de Galleros Artesanos. Una despedida y una tradición para este gran atractivo turístico que cada Navidad recibe miles de visitantes. Casas, construcciones o monumentos emblemáticos que han aparecido en la edición de este año, como el Arco del Triunfo, el Big Ben, Santa Sofía de Estambul o el Himalaya, han vuelto a ser chocolate líquido. Cada año este belén se renueva con temáticas diferentes, desde lugares con encanto de Andalucía, la Europa central o los imperios de la antigüedad y las mil y una formas que ha adoptado este belén en sus 20 años de existencia.

Los niños han andado entre los dulces monumentos del Belén de chocolate.

Los niños han andado entre los dulces monumentos del Belén de chocolate. / PADILLA

Para poder comenzar con un belén nuevo a partir del próximo mes de octubre, es necesario que el actual desaparezca y qué mejor solución que derretirlo e invitar a desayunar a los niños que participen en su dulce final. 

Caminando por una ciudad de fantasía

Alumnos de los tres colegios de la localidad han ido arrancando partes de este singular belén, algunos incluso han caminado por sus calles y sus más de 60 metros cuadrados. Este ha sido el final del que es el mayor Belén de Chocolate del mundo, en el que se han empleado 1.500 kilos tanto de chocolate negro como blanco. Ese chocolate es inservible y no apto para el consumo, pero de esta forma simbólica termina una construcción en la que trabajan durante meses hasta siete maestros pasteleros. «Solo unas pocas piezas se conservan, la gran mayoría se derriten todos los años», recuerda Jorge Garrido, de Galleros Artesanos.

Una niña lleva una pieza para que la derrita el maestro chocolatero.

Una niña lleva una pieza para que la derrita el maestro chocolatero. / PADILLA

Este obrador de pastelería ha invitado a todos los alumnos a una chocolatada y bollos de azúcar, con la presencia de Willy Wonka y parte de sus ayudantes, los Oompa Loompas, que animaron la visita de los pequeños. «Este es el final del Belén, da un poco de pena, pero este proyecto tiene que finalizar para que podamos preparar cómo va a ser el de la próxima campaña navideña», ha explicado Jorge Garrido, maestro chocolatero que junto a su equipo renueva este belén cada año. La concejala de Cultura, Dolores Ortega, reconoce la labor turística que realiza Galleros Artesanos, «con todo el trabajo que tiene donde saben dar fin a su Belén de Chocolate poniendo de protagonistas a los más pequeños».