La Agenda Urbana provincial recoge 40 acciones para un futuro más sostenible de Córdoba

El vicepresidente primero de la Diputación de Córdoba y delegado de Infraestructuras, Andrés Lorite, ha presentado este lunes la Agenda Urbana provincial, documento que pretende ser una herramienta de trabajo para todos los municipios de la provincia y para la propia institución provincial de cara a abordar con éxito los retos de la sociedad de aquí al 2030, como vienen marcando las directivas internacionales. En concreto, el documento presentado por Lorite recoge 40 acciones, a modo de planificación estratégica, “para construir un futuro sostenible para Córdoba”.

Son retos que pretenden conseguir una sociedad más sostenible, de modo que la carga medioambiental del trabajo es muy destacada, puesto que a nivel general se ha de dar respuesta al cambio climático, a buscar el horizonte de una neutralidad climática y combatir los gases que generan el efecto invernadero, sobre todo, apuntó.

El envejecimiento y la despoblación son mayores en las comarcas del norte de Córdoba

Lorite ha señalado que el documento, en líneas generales, plantea retos medioambientales, sociales y económicos y es algo en lo que desde la institución provincial se viene trabajando desde hace tiempo y en el que se incide especialmente en materias como la necesidad de mejora de la conectividad, bien mejorando las infraestructuras o los servicios de conexión entre los núcleos rurales, aunque algunas de esta materias son de competencia de otras administraciones.  Pero también se ha de trabajar por la movilidad sostenible promoviendo el uso de los vehículos eléctricos, para lo que es necesario dotar a la provincia de infraestructuras de recarga, sin olvidar la incentivación de la agricultura ecológica y el desarrollo urbanístico acorde a las nuevas exigencias de sostenibilidad. Tampoco olvida el documento la necesidad de trabajar por la digitalización de la economía rural.

En otros ámbitos es también uno de los objetivos avanzar en el tratamiento de residuos sólidos urbanos y la depuración y reutilización de las aguas y abundar en políticas que contribuyan al “apego” de la población rural al territorio de modo para combatir la despoblación rural.

Según ha explicado Lorite, el resultado obtenido es fruto de un proceso participativo con todas las mancomunidades y los municipios, así como otros organismos, colectivos y entidades relacionadas con el desarrollo socioeconómico y sostenibilidad de la provincia.

Entrando en los asuntos concretos, una de las responsables de la redacción del documento, Eva Puche, ha indicado que toda la propuesta se articula en torno a seis líneas de actuación concretas, que son la mejora de la conectividad territorial en la provincia, prevenir la erosión y pérdida de suelo, especialmente el fértil; impulsar un planeamiento urbano sostenible y mejorar la resiliencia, evitar la despoblación, revitalizar el tejido urbano existente y garantizar el acceso a una vivienda digna; promover la participación social y mejorar la gobernanza, así como promover la formación ocupacional, dentro de cada una de estas líneas se exponen los objetivos específicos y propuestas de actuación.

Para llegar a estas líneas estratégicas, Puche ha explicado que se ha ido haciendo un diagnóstico de la situación de la que parte en cada zona de la provincia, en un trabajo estrecho tanto con las mancomunidades como con los ayuntamientos.

En dicho diagnóstico se analizan cuestiones como el nivel de despoblación que registra cada zona identificando la que más sufre el fenómeno y las que menos, la superficie municipal de la que se dispone para distintos usos, como el agrícola, el industrial o el espacio urbanizable en disposición de ser utilizado. También se analiza la distribución de cada municipio en materia de zonas verdes en función del número de habitantes.

Otro de los aspectos que analiza el diagnóstico de la provincia elaborado para sustentar la agenda urbana es el del porcentaje del parque edificatorio por municipio con una antigüedad superior al año 2000, además de estudiar el nivel de vivienda vacía que hay en cada municipio.

Importante es también para este trabajo conocer el grado de dependencia de los mayores, así como el nivel de desempleo que existe tanto por edades como por sexos.