memoria histórica

Los restos hallados en las fosas de Cabra no arrojan coincidencias genéticas con posibles familiares

El Ayuntamiento asegura que seguirá trabajando y que sufragará con dinero municipal más pruebas

Una mujer junto a los restos de un familiar represaliado.

Una mujer junto a los restos de un familiar represaliado. / AREHEMISA

José Moreno

José Moreno

El Ayuntamiento de Cabra, al objeto de identificar los restos exhumados del cementerio municipal San José tras los trabajos realizados en dos fosas comunes en agosto del 2021 y otras tres en abril del 2022, va a seguir trabajando para que esto sea posible, al haber dado como negativos y no existir coincidencias en los resultados de los análisis del ADN de los restos con los de posibles familiares.

Así lo ha indicado el portavoz del equipo de gobierno municipal, el popular Ángel Moreno, tras señalar que, "fieles a su compromiso con la memoria democrática", se realizarán más pruebas a cargo del presupuesto municipal con el fin de "honrar a todas las víctimas, sin distinción, sin trincheras, sin carácter político, como se ha venido haciendo en todo este tiempo", tras recordar que al igual que se hizo en su día, se siguen solicitando subvenciones a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para realizar exhumaciones y excavaciones en las fosas comunes del camposanto egabrense.

En agosto del 2021, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Aremehisa), tras una serie de sondeos en la zona civil del camposanto y de acuerdo a una serie de testimonios orales y de las partidas de defunción del Registro Civil, practicó una zanja de tres metros de largo por 65 centímetros de ancho con proyección de ampliación al sur y al oeste, donde se encontraron los restos óseos de seis personas con evidencias de haber sido represaliadas. Aparació en una de ellas el orificio de salida de un proyectil junto a otra serie de fracturas que se asocian en el entorno de la muerte, algo "que claramente nos están indicando que estamos en una fosa de la represión", como expresó en su día la arqueóloga Virginia Barea Pareja.

Junto a esa fosa se localizó una segunda, con restos óseos de al menos dos víctimas más y se hizo un llamamiento a la colaboración ciudadana para intentar localizar a familiares de aquellas personas cuyos cuerpos pudieran encontrarse en esas fosas comunes al objeto de así poder identificarlos para su posterior sepultura, tomándose para ello pruebas de ADN. Tras ese primer trabajo, Arehemisa realizó un segundo en abril del 2022, hallando tres nuevas fosas de represaliados de la guerra civil.

Unos trabajos financiados por la FEMP y el Ayuntamiento de Cabra, coordinados por Aremehisa y desarrollados por la empresa Arataspi a través de un equipo interdisciplinar conformado por historiadores, arqueólogos y antropólogos forenses dirigidos por la arqueóloga Virginia Barea Pareja.