El Ifapa estudia cómo hacer más sostenibles los cultivos de cítricos

El Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa) y el Ayuntamiento de Palma del Río han suscrito un acuerdo para ejecutar un proyecto en materia de técnicas de cultivo sostenible en parcelas demostrativas de cítricos. La Consejera de Agricultura, Carmen Crespo, indica que se trata de un proyecto de modernización y sostenibilidad y que es una «cuestión de futuro». Por su parte, la presidenta del Ifapa, Marta Bosquet, explica que desde el asesoramiento se persigue la transferencia del conocimiento a través de las distintas parcelas que funcionarán como campos de ensayo para «contribuir a un cultivo de cítricos más sostenible».

La alcaldesa de la localidad, Matilde Esteo, precisa que se trata de un proyecto suscrito con el Ifapa para la asistencia técnica de un sector que es «el gran recurso de la economía local». Recuerda que el plan, Grupo Operativo de Citricultura Ecológica, viene de años atrás y que en él participa el propio tejido empresarial, como la asociación profesional citrícola Palmanaranja o la asociación para la Defensa y el Fomento de la Producción Ecológica Palmaecológica. Por otro lado, Esteo subraya que el IES Antonio Gala va a contar con un curso en dual de Producción Agroecológica.

Repercusiones de la sequía

La consejera de Agricultura ha informado de que están realizando un informe sobre el impacto de la sequía en la producción citrícola, que apunta que la media en Andalucía está en un 29%, aunque hay otras zonas citrícolas donde la reducción es mayor. En Palma del Río se habla de una perdida superior al 40% del cultivo. En este sentido, cabe recordar que la Consejería de Agricultura ha incluido al sector del olivar y del cítrico en las ayudas de la UE para afrontar los efectos de la sequía.  

Crespo afirma que la agricultura se enfrenta a una sequía pertinaz, donde el régimen de lluvias es un 30% menos, lo que conduce a la escasez cada vez mayor de la reserva hídrica. Subraya la fortaleza de los regantes de Palma con la balsa Mirabueno II, aunque ya señala que habrá que estudiar el uso de las aguas regeneradas.