Reconocimiento

Antonio Sánchez, propietario de la bodega Toro Albalá, recibe en Zaragoza el Premio al Mejor Enólogo

Fue uno de los primeros técnicos en viticultura de Andalucía

Antonio Sánchez, entre las barricas de Toro Albalá.

Antonio Sánchez, entre las barricas de Toro Albalá. / CÓRDOBA

Gema Albornoz

Gema Albornoz

El químico y enólogo Antonio Sánchez Romero, propietario de la bodega Toro Albalá, con sede en Aguilar de la Frontera, y creador del primer laboratorio enológico de Andalucía, de la Fundación Española de Asociaciones de Enólogos y de una de las mejores bibliotecas vitivinícolas de España, recibe este martes en la Feria de Zaragoza el Premio Mejor Enólogo 2023 por la mejor trayectoria profesional. Un premio que recoge en su nombre su nieto Antonio Muñoz y está convocado por Enomaq, con un jurado presidido por Fernando Bordejé Mugüerza y formado por Ernesto Franco Aladrén, José Ignacio García López, Domingo Carlos González Huerta y Manuel María López-Alejandre.

Antonio Sánchez Romero se graduó como perito agrícola en los años 50 y ya se implicaba en la administración técnica de la bodega familiar, y más tarde estudió enología en un centro universitario de Burdeos. A su regreso, a mediados de los años 60, llevó la dirección técnica de Bodegas Moreno, dirigió cooperativas y varias decenas de bodegas de la zona. Antonio Sánchez fue uno de los primeros técnicos en viticultura en Andalucía. Se especializó en la investigación de los vinos dulces de pasas Pedro Ximénez, en el control del pH, obteniendo así el segundo phchímetro de Andalucía. A finales de los 70 y principios de los 80, Sánchez se encargó de comercializar el vino de añadas viejas embotellado, destacando su forma artesanal. En los años 80, al fallecer su tío José María Toro Albalá se hace cargo por completo de la gerencia de la bodega. Y en los 90, con la entrada de Francisco Muñoz y Antonio Sorgato, la bodega comienza a comercializar el vino a nivel nacional e internacional.

A lo largo de los años, la bodega ha ido obteniendo grandes reconocimientos y medallas en los más importantes concursos nacionales e internacionales, además de grandes puntuaciones e las mejores guías de vinos. Por ejemplo, en 1998, durante el Concurso Internacional Bacchus, se premia al Don PX Convento 1939, con un Gran Oro. En 2013, el Don PX Convento 1946 obtuvo los 100 puntos del afamado enólogo Robert Parker, publicado en su revista The Wine Advocate, donde fue el primer vino dulce Pedro Ximénez en obtener la máxima puntuación.

La llegada de las nuevas generaciones implica la remodelación de todas las presentaciones de vino, estando ya premiados no solo por la calidad, sino también por sus exquisitas presentaciones de vinos y vinagres. Entre sus últimos proyectos destacan la elaboración de los vinos parcelarios MIUT, donde demuestran el gran potencial de la uva Pedro Ximénez en vinos blancos tranquilos estilo francés y nunca elaborados en Montilla-Moriles.