La riqueza patrimonial y monumental de los municipios de la provincia de Córdoba se ha convertido en un importante foco de atracción de visitantes que tienen entre sus preferencias el turismo de interior o rural. No obstante, estos turistas, o los propios vecinos de la zona, pueden disfrutar también de un entorno natural que se ha convertido en otro reclamo más. Es el caso de la localidad de El Guijo, en el norte de la provincia, un municipio que ofrece dos atractivas rutas para recorrer y disfrutar de este enclave.

La primera de ellas, llamada Ruta del Arroyo Santa María, tiene unos 7,5 kilómetros y conduce desde El Guijo hasta el paraje de El Soto, donde se localiza la ermita Virgen de las Cruces. Se inicia cerca del lugar donde se unen la Cañada Real Soriana y la Cañada Real de la Mesta, las dos vías pecuarias más importantes que surcan el norte de la provincia de Córdoba. De hecho, la importancia de esta población radicó en que fue el lugar donde se cobró durante siglos el derecho de paso a los ganados trashumantes que entraban en el Obispado de Córdoba. A lo largo del recorrido se puede apreciar el paisaje fundamental de toda la comarca de Los Pedroches, la dehesa, que conforma unas explotaciones agrarias que se desarrollan al amparo de la encina y cuyo rastro más destacado es la coexistencia en ellas de los aprovechamiento agrícolas y ganaderos. También numerosas especies de aves prosperan por estos encinares. Así, es fácil observar el vuelo de algún águila real, perdicera, culebrera o calzada, y también buitres leonados o negros.

La segunda ruta, la del Despeñadero, arranca del camino de Valdefuentes, donde se toma el camino del Cerrillo Mala Tierra hasta llegar al Descansadero del Pozo del Salistral. Retomando la colada del Salistral se cruza la carretera de Santa Eufemia para tomar el Camino del Turruñuelo hasta llegar al despeñadero del Arroyo Hortales, donde 150 metros aguas abajo se encuentra la orografía que da nombre a la ruta. Finalmente, se retoma El Guijo a través de la Cañada Real de la Mesta.

Además del despeñadero, son puntos de especial interés el Descansadero del Pozo del Salistral y los lavaderos públicos, todo ello reflejo de un época y forma de vida recogida por el pastoreo y la ganadería transhumante. Durante la época de lluvia es el mejor momento para disfrutar de esta ruta, pudiendo ver como el agua cae por la cascada para seguir su curso.