Ayuntamiento de Córdoba

Cruces de Mayo de Córdoba: cien años de vida, 20 años de polémica

Vecinos de Santa Marina y el Bailío vuelven a exigir medidas para regular la aglomeración de personas en el entorno del Casco

Unanimidad de criterios entre los partidos cuando están en la oposición y falta de acción de las mismas formaciones cuando gobiernan

Cruz de mayo del Bailío, en la noche del pasado sábado al domingo.

Cruz de mayo del Bailío, en la noche del pasado sábado al domingo. / A. J. González

Irina Marzo

Irina Marzo

Las Cruces de Mayo de Córdoba cumplen cien años en medio de una polémica casi tan vieja como el origen de la fiesta. Al menos hace 20 años que los vecinos del entorno de Santa Marina, el Bailío y Cardenal González denuncian las molestias, el incivismo y los peligros derivados de la aglomeración de cientos de personas. La hemeroteca arroja luz en esta polémica azuzada por los partidos cuando están en la oposición (el PSOE habla hoy de «descomposición de la fiesta» y el PP, en 2010, «de ausencia de criterio de organización») y que, al gobernar, parecen poner debajo del montón de los temas urgentes. 

Este mismo lunes, el delegado de Fiestas, Julián Urbano (PP), negaba taxativo la necesidad de tomar medidas para paliar los efectos más negativos de la fiesta: «La gente disfruta como hace 35 años», zanjó para restar importancia a las quejas que han vuelto a repetirse en esta edición. Algo parecido a lo que hacía en 2013 la entonces concejala de Fiestas, Amelia Caracuel (también del PP), que frente a las críticas de la oposición, hablaba de «el éxito de público y la seguridad» mantenida en aquella edición. 

Comisión de cruces

No debe verlo tan claro el alcalde de la ciudad, José María Bellido, que salió apenas unas horas después de que negara la mayor el responsable de Fiestas para reconducir sus palabras y convocar, pasadas las cruces, una «comisión» (similar a la que funciona en la feria) que dé pie a «una reflexión» serena sobre la cuestión. «Las cruces son una gran fiesta para convivir, no para molestar; para disfrutar, pero no para entrar en conflicto con los vecinos», defendió el alcalde que también fue, cuando estaba en la oposición, especialmente duro en esta materia.

Numerosos jóvenes disfrutan de la Cruz de Mayo frente a la iglesia de Santa Marina

Numerosos jóvenes disfrutan de la Cruz de Mayo frente a la iglesia de Santa Marina, este pasado fin de semana. / Manuel Murillo

En todo caso, conviene no generalizar y señalar que «el problema está muy localizado» y que apenas «estamos hablando de unas diez de las cruces que entran a concurso», señala Juan Andrés de Gracia, presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC). En este punto, también hay unanimidad entre el asociacionismo, que lleva años alertando de esta deriva. En mayo del 2018, siendo alcaldesa Isabel Ambrosio (PSOE), la Federación Al-Zahara constataba «la incapacidad municipal para asegurar el orden y la convivencia» en las cruces y alertaba de que «la situación que viven los vecinos de estas zonas es totalmente inadmisible, por lo que no parece justificación ampararnos exclusivamente en la dinámica económica que reporta esta fiesta, cuando los llevamos al borde de la desesperación al ver como su vida normal se ve alterada gravemente sin que se le ofrezcan soluciones». De hecho, todos los vecinos que pueden, se marchan de sus casas estos días. Antes y ahora. «El viernes me fui al pueblo y regresé el lunes solo porque hay que trabajar», apunta Rocío, vecina de Santa Marina, que reclama al Ayuntamiento que garantice poder entrar y salir a su casa con facilidad. 

Los vecinos difunden un vídeo para denunciar el "efecto cárcel" de la cruz de Santa Marina

Diario CÓRDOBA

Efecto cárcel

La Asociación Vecinal La Fuenseca, Santa Marina y Orive ponía la semana pasada el foco en «el efecto cárcel» que ocasiona el tapón de Conde Priego y los peligros que pudiera acarrear en una emergencia sanitaria, algo que todos pudimos comprobar en un vídeo grabado desde los balcones de esta plaza. El portavoz de Hacemos Córdoba, Juan Hidalgo, también señaló este fin de semana su «profunda preocupación por la deriva» de las cruces «acrecentada en el último año y que denota una falta de planificación y gestión por parte del gobierno municipal». 

Curiosamente, en 2007 --entonces era alcaldesa Rosa Aguilar (IU)--, la queja era idéntica. La presidenta de la Asociación de Vecinos Casa de Paso de Santa Marina dejó constancia de ello en una carta a los lectores titulada En Santa Marina no hay cruces: «No estamos en contra de las cruces, que quede claro desde el principio. Es una fiesta tradicional del mayo cordobés que hay que mantener, cuidar y potenciar. Hay barrios de Córdoba donde, nos consta, esta tradición se cuida. Pero en Santa Marina y la zona centro no es así: aquí, las cruces han perdido su identidad. Aquí no hay cruces; aquí, hay barras al aire libre y botellón».

Cruz de mayo cruces noche sábado Bailío

Multitud de jóvenes el sábado noche en la cruz del Bailío. / A.J. González

El punto de vista de quienes montan las cruces de la polémica también habrá que tenerlo en cuenta. Paco Mora es el hermano mayor del Resucitado, también cree que hay que poner soluciones que deberían venir de la mano del Ayuntamiento y aclara: "La solución no puede ser culpar a las Cruces". El responsable de esta cruz dice que ponen todo de su parte para evitar el botellón: "Tenemos carteles, no vendemos cubalitros ni chupitos, la música que ponemos es tradicional...". 

Si todos están de acuerdo, para cuándo una solución

Entonces, si todos los partidos cuando están en la oposición están de acuerdo en que hay que dar una solución al problema; si todos los vecinos de antes y ahora reclaman las mismas medidas, ¿por qué ningún gobierno ha cogido el toro por los cuernos? 

«Es conveniente plantear una reflexión, no cambiar el modelo de cruz, sino vigilar a los que lo están cambiando por su cuenta para exigirles que se atengan a las bases; hace falta un acuerdo y donde no se cumple ir para ver si los sitios son adecuados, hay que poner aforo y evitar botellones que colapso en las calles». 

Además, los dos últimos años se han denunciado la existencia de barras sin cruces (como la de San Hipólito o la Doce de Octubre) instaladas por colectivos que han sido apercibidos en ediciones anteriores por no cumplir las normas y no lograr la puntuación mínima para montar cruz. "Se han escudado" en que a esas pseudocruces la licencia se la ha dado Vía Pública y no Festejos, "pero son la demostración de que lo que importa es la recaudación", apunta el responsable del CMC.

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