Fiestas de Mayo

Cruces contra el botellón: "La solución no es culparnos a nosotros"

Los organizadores reclaman medidas como la habilitación de zonas para celebrar los encuentros de los jóvenes

Ambiente tranquilo durante las Cruces en la jornada de este lunes.

Ambiente tranquilo durante las Cruces en la jornada de este lunes. / Manuel Murillo

Rafael Verdú

Rafael Verdú

No es habitual que las Cruces de Mayo se celebren un lunes laborable cualquiera, pero así lo han querido los caprichos del calendario gracias a que el Primero de Mayo, festivo nacional, cae en miércoles. Las instalaciones florales vivieron este lunes una jornada tranquila, como un descanso (también para los vecinos) en comparación con lo vivido el fin de semana y a la espera del fin de fiesta que tendrá lugar mañana, y que los organizadores esperan que sea buena. 

Las plazas del Centro que acogen las Cruces, al menos las más transitadas, estaban casi vacías al mediodía del lunes, como ya esperaban los organizadores. Aun así, coinciden en que el balance hasta ahora de las Cruces de Mayo está siendo positivo, si bien en algunos casos han detectado una menor afluencia de público en comparación con lo vivido el año pasado. Se debe en gran medida a la aparición de la lluvia en la tarde del pasado sábado, cuando más ambiente había en las casetas. 

Contra el botellón

Entre las preocupaciones de quienes montan cada año una cruz está el botellón y las aglomeraciones, que se pudieron ver el fin de semana pasado en las calles y también en las redes sociales, especialmente en la zona de Santa Marina. Los excesos con el alcohol pasan factura a la fiesta y también afectan a los organizadores, que esperan que se tomen medidas para que no vuelvan a repetirse unas escenas que además molestan mucho a los vecinos que residen en el entorno de las Cruces. 

Los vecinos difunden un vídeo para denunciar el "efecto cárcel" de la cruz de Santa Marina

Diario CÓRDOBA

Paco Mora es el hermano mayor del Resucitado, que monta su Cruz de Mayo en la plaza del Conde Priego, abarrotada durante el fin de semana. Cuando se le pregunta por el botellón, asegura tajante que hay que poner soluciones que deberían venir de la mano del Ayuntamiento, pero aclara que "la solución no puede ser culpar a las Cruces". Ellos, asegura, ponen todo de su parte para evitar el botellón: "Tenemos carteles, no vendemos cubalitros ni chupitos, la música que ponemos es tradicional...". A la Hermandad le molestan esas imágenes tanto como a los vecinos del barrio. 

Además, en esta Cruz de Mayo participan de forma altruista unas 120 personas, tanto hermanos de la cofradía como vecinos del barrio de Santa Marina, con lo que Mora quiere dejar claro que las Cruces no son algo ajeno a quienes viven y residen habitualmente en la zona. "No todos los vecinos están en contra de las Cruces, esa no es la realidad", sostiene. El hermano mayor piensa que una buena solución podría ser habilitar una zona en las cercanías para celebrar el botellón, al igual que se hace de forma acotada y vigilada durante la Feria.  

Numerosos jóvenes disfrutan de la Cruz de Mayo frente a la iglesia de Santa Marina, este pasado sábado.

Numerosos jóvenes disfrutan de la Cruz de Mayo frente a la iglesia de Santa Marina, este pasado sábado. / A. J. González

Junto a la iglesia de Santa Marina

Junto a la iglesia de Santa Marina monta su Cruz la Hermandad de la Expiración. El secretario y vicehermano mayor, Antonio Capdevila, apunta que la fiesta se está celebrando "con un poco menos de público que el año pasado, porque el sábado cuando estábamos en lo mejor cayó la tormenta"; a pesar de todo, realiza un balance positivo de cómo están transcurriendo las jornadas. Con lo recaudado podrán financiar los gastos generales de la Hermandad, incluyendo su obra social. 

Con respecto al botellón, afirma que "eso nos quita trabajo a todos" y asegura que "comprendo a los vecinos", pero "nosotros respetamos las normas". Es más, incluso todos los años, cuando recogen su Cruz de Santa Marina, repintan los zócalos de los edificios adyacentes. "Molestamos lo menos posible", apostilla. 

Aquí colaboran unas 30 personas, además de un refuerzo de profesionales como camareros y cocineros. A todos ellos agradece su trabajo Capdevila, quien también tiene buenas palabras para los trabajadores de Sadeco, que cada día dejan las calles y plazas como nuevas, tal como ha podido comprobarse este lunes. 

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