PATRIMONIO

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba

El proyecto, que se encuentra dentro del marco del Plan Nacional de Catedrales, supondrá una inversión de 523.000 euros

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba.

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba. / Manuel Murillo

Diario CÓRDOBA

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En la mañana de este miércoles, de la mano del Instituto del Patrimonio Cultural de España, han comenzado los trabajos de montaje de la estructura de andamios y demás elementos necesarios para la restauración de la decoración interior de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Se trata de un proyecto dirigido por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes al que se destinará un presupuesto de 523.397 euros y que tendrá un plazo de ejecución de 17 meses.

La conservación y restauración de la Capilla Real se enmarca dentro de las acciones del Plan Nacional de Catedrales promovido por el Ministerio de Cultura, además de las actuaciones previstas en el propio Plan Director de la Mezquita-Catedral redactado por la institución capitular, informa el Cabildo en una nota de prensa.

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba.

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba. / Manuel Murillo

Una obra mudéjar del siglo XIV

La Capilla Real, concebida como panteón real, es una obra mudéjar que presenta yeserías policromadas de tradición andalusí y data del siglo XIV. Una joya decorativa y arquitectónica mandada construir por el rey de Castilla y León Enrique II de Trastámara, escogiendo un lugar privilegiado dentro de la antigua mezquita aljama de Córdoba, junto al lucernario de al-Hakam II.

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba.

Comienza la restauración de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba. / Manuel Murillo

Fue dispuesta para albergar los restos de los reyes Fernando IV y Alfonso XI, que posteriormente, en el siglo XVIII, fueron trasladados a la Real Colegiata de San Hipólito. Su decoración se distribuye ricamente por muros y bóveda, a base de yeserías, atauriques, paños de rombos, mocárabes o motivos epigráficos.