PATRIMONIO

La familia de Guerrita acusa al Ayuntamiento de Córdoba de "perder o hurtar" los bienes del torero

Los herederos del torero cordobés creen que el Consistorio oculta una realidad: la pérdida y quizá hurto o apropiación indebida del medio centenar de bienes que perteneció a Rafael Guerra 

Imagen de Guerrita en el Museo Taurino de Córdoba.

Imagen de Guerrita en el Museo Taurino de Córdoba. / CÓRDOBA

Irina Marzo

Irina Marzo

La familia de Rafael Guerra Bejarano, Guerrita, ha mostrado su "más profundo malestar y decepción" por el trato recibido por el Ayuntamiento de Córdoba, después de la decisión de la administración local de no devolver medio centenar de bienes del torero cordobés por entender que forman parte ya del patrimonio municipal.

Detrás de esta decisión y de lo que entienden ha sido una actuación al margen de la legalidad, la familia del torero interpreta que el Consistorio trata de "ocultar una realidad: la pérdida y quizá hurto o apropiación indebida de bienes que estaban bajo su custodia".

Una de las salas del Museo Taurino de Córdoba.

Una de las salas del Museo Taurino de Córdoba. / A.J. GONZÁLEZ

En un escrito remitido a los medios de comunicación la familia demandante acusa al Ayuntamiento de haber actuado durante estos años con "absoluta falta de diligencia y transparencia", así como con "una actitud de desaire y descortesía" con quienes, dicen, han contribuido a incrementar el patrimonio cultural de la ciudad. También lamentan que desde 2015 hasta hoy ninguna persona del Ayuntamiento se haya puesto en contacto con ellos, ni siquiera para comunicarles la decisión final y acusan incluso a la institución de silenciar el informe de la entonces directora de los museos municipales, Mercedes Valverde, favorable a la devolución.

Cesión no donación

Asimismo, la familia de Guerrita entiende que el Consistorio falta a la verdad cuando dice que los bienes en litigio fueron una cesión temporal para el centenario de la alternativa del califa cordobés en 1987, ya que están en depósito desde el año 1982 en el Museo Taurino para que "estuvieran expuestos para disfrute de todos los visitantes". En su escrito, la familia recuerda que el museo cerró en 2005 para someterse a una profunda renovación y no reabrió hasta 2014, cuando los bienes dejan de ser expuestos y por tanto dejan de "cumplir el fin" por el que se habían cedido.

En este sentido, la familia de Guerrita duda de la figura jurídica defendida por el Ayuntamiento (la usucapión) y asegura que "nunca han renunciado a los bienes, ni se cedieron o donaron" sino que "se depositaron con el fin único de que estuvieran expuestos, y a no estarlo, el depositante está en su pleno derecho a pedir la devolución".