TESTIMONIO

Enrique Garcés: «Cada vez veo a más gente durmiendo en la calle»

El secretario de Córdoba Acoge afirma que "gran parte" de la población extranjera" es "extremadamente vulnerable" por las dificultades para acceder a la vivienda

Enrique Garcés, secretario de Córdoba Acoge.

Enrique Garcés, secretario de Córdoba Acoge. / A.J. González

Pilar Cobos

Pilar Cobos

«Mucha gente no quiere alquilar a extranjeros, sobre todo, si son personas negras», afirma Enrique Garcés, secretario de Córdoba Acoge. Esta asociación trabaja con población migrante, que en su opinión es uno de los colectivos más afectados por las dificultades para acceder a la vivienda. «Gran parte de la población extranjera es extremamente vulnerable, sobre todo, los que no están regulares, que no tienen derecho al trabajo. Algunos trabajan en economía sumergida y se les explota, y el precio del alquiler es una cosa disparatada, además», describe este profesional sobre la situación de estas personas. 

En estas circunstancias, conseguir una vivienda «se complica enormemente», pero es que el problema también «se agrava con el racismo y la xenofobia», lamenta. En ocasiones, cuando se logra el alquiler, se le imponen «condiciones muy abusivas» como pagar varios meses por adelantado.

Enrique Garcés entiende que las políticas sobre el alquiler «no están siendo muy afortunadas. Está subiendo el precio y muchas medidas son contraproducentes. Hay una iniciativa para proteger a familias con menores que hace que mucha gente no alquile a familias con niños». Desde Córdoba Acoge advierten, asimismo, de la falta de vivienda pública para personas vulnerables, y reconocen que en el caso de la población migrante «no se puede ni hablar de la compra, porque no tienen recursos».

En este contexto, muchas personas comparten su vivienda cuando es posible, pero también hay otras muchas que viven en la calle, no solo migrantes, sino españoles. «Nosotros recibimos mucha demanda de personas que necesitan una vivienda, incluso familias con menores y de jóvenes que cumplen la mayoría de edad y que se quedan en la calle después de estar tutelados, porque no hay recursos, ni públicos ni de las ONG, que no podemos acoger a tantas personas como lo demandan», afirma. Para tratar de ofrecer una respuesta, en ocasiones intentan derivar a las familias a otras entidades, «pero el tercer sector tiene plazas muy, muy limitadas», apunta. También se recurre a albergues e incluso buscan alternativas en otras provincias. Enrique Garcés confirma que la demanda de vivienda «es una constante. Cada vez veo a más gente durmiendo en la calle, por lo que entiendo que el problema se ha agravado».

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