Las 'Raíces' del Jardín Botánico de Córdoba suenan con su ciclo nocturno de espectáculos

No existe un lugar en Córdoba donde ganarle la batalla al sudor cuando el calor aprieta. Si acaso, las implacables noches estivales se afrontan mejor gracias a ciclos como Raíces, asentado en el Jardín Botánicodesde 2004. Aunque comenzó con un pequeño formato, su éxito de asistencia incitó a la ampliación del aforo y su traslado al anfiteatro al aire libre donde este año, a lo largo de cuatro semanas, se llevan a cabo actividades para un público familiar e infantil (sobre todo los martes) y conciertos de artistas locales (los miércoles), hasta el 30 de agosto.

Los espectáculos para público familiar contrastan con las propuestas íntimas de los cantautores

Uno de los intérpretes vinculados desde hace años al programa es Chico Herrera, músico y compositor, quien grabó un directo en el Botánico de su primer disco, hace 13 años, por lo que guarda una vinculación especial con este "pulmón", como él lo llama. "El ciclo supone un alivio para mucha gente, sobre todo teniendo en cuenta lo económico de la entrada, por lo que se abre a un público que no siempre se puede permitir el acceso a un concierto", comenta. Además, "la música en directo siempre es mágica y el oyente lo recibe bien en una ciudad como Córdoba, algo parada a nivel cultural", explica el cantautor. Raíces del Botánico ha sido prácticamente el único espacio local que le ha abierto las puertas para presentar En la quietud del tiempo, un disco pensado como homenaje al poeta de Cántico Pablo García Baena, en el que Herrera pone música a los versos del escritor. Se trata de un proyecto iniciado en 2008 a raíz de un encargo del festival Cosmopoética y que, tras un complejo proceso de búsqueda de financiación, ha salido adelante gracias al apoyo popular.

El Jardín Botánico acoge desde el 11 de julio una nueva edición del programa 'Raíces'

Versos y acordes

Después de haber difundido los versos de García Baena por Madrid, Málaga y Ávila el músico, con la compañía de Pedro Pedrosa a la guitarra, volvió a unir anoche verso y acordes frente al público del Botánico, donde también se encontró con la familia del fallecido poeta. "Este es un gran aliciente para tocar, igual que reencontrarme con Mario Karpinski, el técnico de Raíces y quien también trabajó en mis cuatro primeros discos", reconoció Herrera. También quiso "reflotar" canciones antiguas que llevaba tiempo sin tocar en directo. Todo en un ambiente íntimo, donde también estuvo presente la memoria de Juan Carlos Limia, "el único que mostró interés en impulsar mi proyecto, del que estuvimos hablando un mes antes de que falleciera", apuntó el músico. 

El proceso de investigación y composición personal de Herrera contrasta con la puesta en escena que llevó a cabo este martes la agrupación Perro Andlook con La biblioteca perdida, historia que dejó hipnotizados a los más pequeños. Esa dualidad enriquece la programación de la ciudad y ayuda a quienes se quedan en ella en verano a disfrutarla, gracias a las vibraciones de las Raíces del Botánico. 

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