URBANISMO

Córdoba vuelve a disfrutar del callejón de Orive tras su reapertura

El arquitecto Eugenio González y exgerente de Urbanismo afirma que "siempre ha habido un algo no terminado de cómo encajar y conectar Orive en la ciudad", una cuestión que se estudió incluso en Harvard

Vecinos aplauden la conexión de los jardines con Capitulares y destacan su uso ciudadano

Pilar Cobos

Pilar Cobos

"Me tocó adquirir todo aquello para el Ayuntamiento, incluida la casa, y ver qué se podía hacer", recuerda el arquitecto Eugenio González, gerente de Urbanismo en los años que la ciudad compró el terreno para incorporar la zona de Orive, a principios de los 90. El palacio, también conocido como Casa de Los Villalones, es hoy sede de la Delegación municipal de Cultura; los jardines son disfrutados desde hace casi dos décadas por la ciudadanía y la sala Orive (antigua sala capitular del convento de San Pablo) es un entorno privilegiado donde celebrar actos como el último pleno de investidura del Ayuntamiento de Córdoba, que tuvo lugar el pasado 17 de junio.

Accesos al callejón de Orive desde los jardines.

Accesos al callejón de Orive desde los jardines. / MANUEL MURILLO

Desde el viernes, cordobeses y turistas disponen de otro rincón donde perderse en el casco histórico. Se trata del callejón de Orive, que conecta los jardines con la calle Capitulares, uniendo el centro de la ciudad con un pulmón verde inesperado. Nada más abrirlo el pasado día 17 de junio, el Ayuntamiento de Córdoba cerró esta ruta al tránsito desde Capitulares para instalar cámaras de seguridad. (este periódico no ha podido observar estos dispositivos ni ha logrado confirmación por parte del gobierno municipal de su instalación).

El recorrido por el callejón, de unos 700 metros cuadrados, todavía es una sorpresa para muchos. Tanto es así que, según explica un vecino, José Luis Fuerte, algunos viandantes dan la vuelta al entrar por Capitulares, pensando que la vía no tiene salida y desconociendo que al fondo, girando a la izquierda, encontrarán el tramo de acceso a los jardines, que es precisamente uno de los puntos más bonitos. Las plantas y los árboles sembrados prometen un frescor que ahora se echa de menos cuando se pasa de los jardines al callejón, con las altas temperaturas de julio.

Una familia pasea este sábado por el callejón de Orive.

Una familia pasea este sábado por el callejón de Orive. / MANUEL MURILLO

Roma, Al Andalus y Harvard

El arquitecto Eugenio González (nombrado gerente de Urbanismo en 1989) recuerda que el trabajo en la manzana de Orive "es una actuación que viene de hace mucho tiempo. La conexión de la zona con el resto de la ciudad ha estado siempre en los planes de Córdoba, desde 1958 y años anteriores. Siempre ha habido un algo no terminado de cómo encajar y conectar Orive", explica.

De este modo, califica como "increíble" que antes de la compra del terreno por parte del Ayuntamiento hubiese en el centro del casco histórico "un vacío de una hectárea cultivada de alcachofas. Todo el jardín era un huerto", rememora. Una vez adquirido, se realizaron excavaciones arqueológicas. "Andábamos buscando (confirmar) la hipótesis de la zona del circo, ver si había un circo", comenta.

Cuando comenzaron los trabajos "nos aparecen unas casas árabes espectaulares de la época almohade, de los siglos XII y XIII. Vino gente experta en ese periodo histórico de Al Andalus. Había pinturas, calles, patios... Magnífico", detalla. No obstante, mantuvieron el objetivo de "encontrar a los romanos" y continuaron exacavando "por una calle y por un patio. A seis metros, aparecieron restos romanos potentes", detalla el aquitecto.

"Aquello se llevó a la Universidad de Harvard y se estudió cómo incorprar un vacío en un casco histórico como éste. En Harvard se hicieron proyectos de fin de carrera sobre Orive en Córdoba", subraya. Así, Eugenio González comenta que "una vez adquirido el terreno, la tormenta de idas adquirió nivel internacional, pero poco a poco aquello se apaga". Los restos arqueológicos se taparon, porque "si pones eso en valor, no hay jardín ni nada", aclara este arquitecto. 

"Se hizo un jardín lo más decente que se pudo en ese momento, se arregló la famosa capilla de Hernán Ruiz y poco a poco se fue incorporando, pero sin un orden grande", admite. En esta línea, el exgerente de Urbanismo afirma que la apertura del callejón de Orive "obedece un poco a toda esa secuencia. Me parece bien cualquier cosa que se haga, poco a poco, ese espacio irá cogiendo su propia identidad". También destaca que "las visiones sobre las cosas cambian, porque las necesidades sociales y la percepción de la gente cambia", y no descarta que en el futuro se adopten otras decisiones sobre la manzana de Orive.

Ciudadanos disfrutan de los jardines de Orive este sábado.

Ciudadanos disfrutan de los jardines de Orive este sábado. / MANUEL MURILLO

"Es un lugar de esparcimiento extraordinario"

En cuanto a la acogida que la zona tiene entre los vecinos, José Luis Fuerte, residente en San Pablo, afirma que se trata de "un sitio de esparcimiento extraordinario en pleno centro, que no te lo imaginas". A la salida del callejón, ha valorado que esta conexión ha sido un proyecto "estupendo", que evita a las personas "pasar por San Pablo con el tráfico".

José Luis Fuerte ha valorado de forma positiva la siembra de "buganvillas y trepadoras, que darán frescor", y ha reivindicado vigilancia para esta zona, ya que, según detalla, algunos jóvenes ponen música a un volumen muy alto y esto molesta al resto de los usuarios.

También ha indicado que, "a veces, la gente no controla bien a los animales y los sueltan", pese a los carteles informativos sobre las mascotas instalados en los jardines. Este periódico ha podido comprobar la existencia de vidrios de botellas rotas, envases de aperitivos y bebidas en el suelo.

De su parte, Carmen Moreno, que esta mañana paseaba por el callejón de Orive con su familia, ha explicado que "venimos para sacar a mi cuñado de la residencia y ahora (el jardín) es más accesible". En este sentido, ha aludido al tráfico rodado de San Pablo y ha reconocido que "estábamos locos por que abrieran, era una lata pasar por allí".

En la mañana de este sábado, niños y mayores han acudido a los jardines de Orive y han transitado por su callejón en la salida o de regreso a sus casas, en sus paseos como turistas o, simplemente, para sentarse bajo las sombras de los árboles y charlar en un ambiente menos caluroso. Los jardines cuentan con juegos infantiles, una cancha de baloncesto, máquinas para practicar ejercicio, un estanque y bancos para descansar.

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