PRIMERA OLA DE CALOR DEL VERANO

La playa de La Breña, una 'trinchera' ante las altas temperaturas

Amigos y familias de toda la provincia acuden cada año a la orilla de este pantano para combatir el calor

David Jurado

David Jurado

Conforme el termómetro va subiendo, la playa artificial de La Breña se va colmatando. Cuando se alcanzó la máxima temperatura del día, que este domingo alcanzó los 42,4 grados a las 18.20 horas, no quedaba ya ni un hueco en la zona habilitada para el baño. Los cordobeses encuentran en este embalse, y en su franja de 100 metros de longitud de arena artificial, una trinchera donde permanecer a resguardo del implacable sol. La ola de calor, que eleva este lunes a rojo el nivel de aviso, hace aún más necesaria tener de aliada esta playa para hacer frente a las olas de calor. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que este lunes se alcancen los 44 grados centígrados. Las máximas se mantendrán hasta el próximo miércoles por encima de los 40 grados, según la Aemet.

Las agujas del reloj distaban de marcar el mediodía y los primeros bañistas tomaban este domingo sus posiciones. «Nunca antes habíamos visto este movimiento un domingo por la mañana», apunta Javier, que, junto a su compañero Alejandro, forman la pareja de socorristas encargados de velar por la seguridad de la gente. «Este domingo estaba al completo, no había ni un hueco libre», matiza. «Todavía no han abierto las piscinas municipales y ya hay gente de muchos pueblos dándose un chapuzón», recalca su compañero.

Es el caso de la familia Guisado Adame, procedente de Fuente Palmera, que este domingo al completo, incluido los suegros, combatían el calor en la orilla del pantano. «Es la primera vez que venimos, había venido antes a pescar, pero nunca en familia a disfrutar del baño», señalaba Jesús, el padre de familia. «Seguramente repetiremos a lo largo del verano», añadía Julia, su mujer. «Pero a las cuatro nos vamos, ¿vale?», recordaba el pequeño a sus padres con cierto tono de exigencia en su voz. «Es que tiene hoy un cumpleaños», justificaba la madre con una amplia sonrisa. 

Ángela y Brian tenían la experiencia del año pasado. Y por eso este domingo estaban los primeros para disfrutar de la tranquilidad de las primeras horas y reservarse el mejor lugar. Vecinos de Córdoba, ambos han encontrado en las aguas de esta playa de interior, la única de Andalucía donde ondea la bandera azul, distintivo de calidad de sus servicios, un respiro para dejar durante horas el calor infernal de la ciudad. «Me gusta más la temperatura de este agua que la de las piscinas», recalcaba el joven.

Un padre y su hijo disfrutan del baño en La Breña.

Un padre y su hijo disfrutan del baño en La Breña. / Francisco González

También de Córdoba, del barrio de Miralbaida, era el grupo formado por dos parejas que encontraban cobijo bajo las sombrillas y conjurados ante una nevera repleta de bebidas. «Hoy habrá menos gente que este sábado, porque estarán con la resaca de la noche de San Juan», apuntaba Esther, una de las chicas del grupo. Miguel, su acompañante, reconocía estar asombrado con la experiencia. «Es la primera vez que venimos y no sabíamos que esto era así, se está como en cualquier otra playa».

Porque junto a los baños, la de La Breña ofrece otros atractivos, como una zona delimitada para las mascotas, otra para los amantes de la pesca, o servicios como los que ofrece el Club Náutico y otras empresas sobre ocio y deportes de agua, como el alquiler de kayaks, los hidropedales o el esquí acuático para los más expertos. 

Amigos de Córdoba en su primera visita a la playa artificial.

Amigos de Córdoba en su primera visita a la playa artificial. / Francisco González

Además, muchos de los usuarios aprovechan la presencia del restaurante chiringuito El Mirador de La Breña «para hacer su reserva al mediodía y luego pasar aquí la tarde», apuntaba Manuel Cobos, uno de los pocos vecinos de Almodóvar del Río que este domingo hacían frente al calor cordobés a golpe de chapuzón. «Este pantano siempre ha tenido mucho tirón para los baños, incluso antes de que se construyera la presa nueva y la playa artificial venía mucha gente», apuntaba. 

Ya al mediodía las sombrillas distribuidas en la zona de baño estaban ocupadas. Comenzaba así la búsqueda del mejor hueco para plantar el parasol y hacerse fuerte ante el implacable calor.

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