Reportaje

Indignación vecinal por el incendio de Cruz de Juárez

Las familias desalojadas no encuentran explicación razonable a los hechos | La Policía Nacional investiga el fuego como intencionado

El incendio ha mantenido en vilo a los vecinos durante toda la madrugada.

El incendio ha mantenido en vilo a los vecinos durante toda la madrugada. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Rafael Valenzuela

Rafael Valenzuela

El desayuno que tomaba este sábado la familia Larios Córdoba en una cafetería de la avenida Cruz de Juárez, en el barrio de Santa Rosa de Córdoba, tenía un sabor distinto al habitual. Sabía a tranquilidad, pero también a desencanto. Unas horas antes, de madrugada, habían tenido que dejar su vivienda y refugiarse en el patio interior junto a sus vecinos, porque las llamas y el humo del incendio de la colchonería que hay en su bloque les obligó, por indicación de los bomberos y la Policía, a abandonar sus viviendas con lo puesto. Lola, la madre, se excusa de tener que atender al periodista y posar para la foto “con estas pintas”. Junto a su marido, José Manuel, y su hijo Álvaro observan desde la acera de enfrente la evolución de los trabajos de los bomberos que se afanan en evitar que las llamas se reaviven.

Con la tranquilidad del peligro pasado cuentan que “sobre las cuatro y cuarto o cuatro y media de la madrugada, unos individuos le han metido fuego al toldo de la tienda y como son colchones y hay mucha goma espuma, se ha incendiado todo. A nosotros nos avisaron los bomberos y los vecinos y nos salimos al patio”, explican mientras reponen fuerzas tomando un café. En el patio interior tuvieron que permanecer varias horas porque “como todo el fuego estaba en el exterior, no nos pudimos salir de las viviendas y nos quedamos confinados en un patio interior”. Y, aunque por la mañana pudieron salir, no podían volver, por ahora, a sus casas “por el olor a humo”. Sin embargo, reconocían que su situación no es la peor sino la de “las tres casas que están justo encima de la tienda, que tienen problemas con el agua, los desagües, no hay luz y han cortado también el gas”.

La familia Larios Córdoba, una de la que ha sido desalojada por el incendio en Santa Rosa.

La familia Larios Córdoba, una de la que ha sido desalojada por el incendio en Santa Rosa. / R. V.

Pese a que no ha habido que lamentar daños personales, la indignación de los vecinos de la calle donde se ha producido el incendio era evidente y la desolación del dueño del negocio era total. Solo atinó a decir a este periódico que le avisaron a las cinco de la mañana porque “le habían metido fuego a esto, pero no sé lo que ha podido pasar”. El empresario se mostraba abatido y, casi sin voz, apuntaba que ese era su trabajo y que en la tienda solo trabajaba él. A partir de ahí, solo expresaba preocupación y abatimiento mientras deambulaba cabizbajo observando, de vez en cuando, cómo había quedado su tienda.

Entre tanto, los corrillos en ambas aceras han sido constantes. En ellos, narraban su situación algunos de los vecinos de los bloques afectados. Mercedes Martagón es una de ellas. Vive en el bloque 24, el contiguo al lugar donde se ha iniciado el fuego, y cuenta que está “mala de la espalda y cuando me levanto no puedo apenas andar”, pero narra que notó que “empezó a oler muchísimo a quemado y pensamos que era en nuestro piso, pero vimos que no. Así que miramos por la ventana, vimos mucho humo y pensábamos que algo había pasado en el bloque, pero tampoco era aquí”. Hasta que, según cuenta, “las vecinas y la Policía, aporreando la puerta, nos decían que nos vistiéramos y nos bajáramos y las cinco de la mañana ya estábamos en la calle”. El rebrote de las llamas sobre mediodía impidió que pudiera volver a su casa y observaba todo el trajín sentada a las puertas de una frutería. Junto a ella, otra vecina, Mari Cruz Perales, al oír una pregunta sobre el origen del fuego en unos cables del tendido público, reacciona rápido y señala que “no han sido los cables, han prendido fuego al toldo unos gamberros y, según los bomberos y la Policía, a través de los cables, que han empezado pegar chispazos o del aire acondicionado, ha entrado el fuego dentro y como eso son todo colchones, almohadas, sábanas, que arden mucho, se ha quemado todo”.

Los pisos están llenos de humo, lamentan los vecinos

Explica Mari Cruz que de su bloque han sido desalojadas unas 16 familias, que esperan poder volver pronto a sus casas, “que están todas llenas de humo”, pero, por suerte, no se han registrado daños personales.

Del mismo bloque es también la pareja formada por María y Dani, quienes  narran que “esta madrugada hemos oído unos ruidos como de petardos o así y cuando ha sido más insistente el sonido nos hemos asomado y hemos visto que abajo había fuego y hemos llamado al 091”. Y “la verdad –apunta María-, han sido superrápidos y creo que gracias a ello no ha habido daños personales”. Después, narran de nuevo el desalojo y esperan con sus mascotas frente a su piso las indicaciones de bomberos y Policía para regresar a la normalidad. Una normalidad que, al menos por unos días, tardará en llegar a los vecinos que, en su espera, intentan buscar una explicación razonable al suceso que han vivido.