VIOLENCIA DE GÉNERO

El ocio nocturno se forma para actuar ante posibles casos de agresión sexual

El caso de Dani Alves resalta la necesidad de tener protocolos para saber proceder | Los locales reciben cursos, pero no existe un documento que detalle las claves

Un grupo de jóvenes baila en el interior de un local nocturno.

Un grupo de jóvenes baila en el interior de un local nocturno. / Manuel Murillo

Noelia Santos

Noelia Santos

El encarcelamiento del futbolista Dani Alves por, supuestamente, agredir sexualmente a una mujer en una discoteca de Barcelona ha evidenciado la importancia de que los locales de ocio nocturno cuenten con protocolos de actuación para, primero, prevenir que este tipo de sucesos ocurran y, segundo, abordarlos para proteger a la víctima y permitir que se haga justicia. Si se puede sacar algo positivo de un hecho tan dramático como el citado es, sin duda, lo bien que funcionó el protocolo establecido para estos casos en la discoteca Sutton. Un controlador de acceso percibió que algo pasaba con la chica, la llevó a una sala para tranquilizarla, acudió el responsable del establecimiento, se llamó a los Mossos y la joven fue trasladada al hospital. Sutton está adherida al denominado protocolo No callamos, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona en 2018 y del que forman parte del 80% de las grandes salas y el 50% de las pequeñas.

¿Existe en Córdoba algo parecido? Sí y no. El presidente de la patronal de hostelería cordobesa Hostecor, Fran de la Torre, reconoce que «no hay nada por escrito», pero sí existe una formación entre los empresarios y trabajadores de la noche y, lo más importante, conciencia de trabajar por ello. Justo antes de Navidad, explica De la Torre, la Policía Nacional dio una charla a responsables de locales de ocio nocturno, así como a personal de seguridad de los mismos, para saber cómo actuar y los pasos que hay que dar en materia de protección contra agresiones sexuales. Esas reuniones, añade, son periódicas y siempre se incide en la importancia de dar aviso a la Policía Nacional cuanto antes.

Negro sobre blanco

Más allá de la formación y de la conciencia que hay que tener sobre este asunto, también es importante contar con un protocolo que establezca las pautas a seguir. Rubén Rivero, administrador de Góngora Gran Café y representante del ocio nocturno en Hostecor, detalla que la asociación España de Noche trabaja mano a mano con el Gobierno para tener un plan concreto que ejecuten estos locales. Ya existe un borrador en este sentido, al que ha tenido acceso este periódico, y que sienta las bases de actuación. Dicho borrador expone que «la lucha contra la violencia de género en los espacios de ocio es una prioridad para el colectivo empresarial y profesional, y particularmente para España de Noche como principal organización del sector y con implantación nacional». El colectivo recuerda que durante estos años se ha trabajado desde la autorregulación y también en sintonía con los gobiernos autonómicos para poner en marcha diversas campañas en este sentido. 

Un convenio con el Ministerio de Igualdad permitirá implantar puntos violetas en pubs y discotecas.

Un convenio con el Ministerio de Igualdad permitirá implantar puntos violetas en pubs y discotecas. / Chencho Martínez

Ahora se ha firmado un convenio con el Ministerio de Igualdad tanto para hacer un protocolo común a todo el territorio como para la implantación de puntos violeta en pubs y discotecas. Este primer borrador establece tres niveles de actuación: prevenir (carteles en locales y campañas en redes sociales), capacidad de detección (con una buena coordinación del personal y comunicación con la Policía) y capacidad de atención (escucha activa a quienes hayan podido sufrir agresión). También detalla qué hacer cuando se ha producido agresión, que pasa por trasladar un mensaje de apoyo a la víctima y escucharla para conocer los detalles y saber trasladarlo a la Policía. De la misma forma, se manifiesta la necesidad de garantizar la custodia de todas las grabaciones de las cámaras de vigilancia y se apunta hacia la necesidad de incorporar la perspectiva de género en la regulación de las leyes de espectáculos de las comunidades autónomas tanto a nivel del funcionamiento del servicio de admisión como del control de accesos.

Sentido común

A falta de contar con ese protocolo definitivo, las discotecas también abogan por aplicar el sentido común. Lo cuenta Juan Francisco Priego, gerente del Long Rock, que asegura que los locales nocturnos son «espacios muy seguros, hay muchos ojos y estamos pendientes», además, la experiencia es un grado. También recuerda que ni ellos como trabajadores, ni los camareros, están autorizados para retener a nadie dentro de sus locales, ni siquiera los controladores de acceso. Solo podrían hacer esto los conocidos como placas, personal de seguridad con una formación muy concreta.

Fernando Coronas, gerente de Bambú, también apunta hacia algo importante y es el hecho de que, normalmente, siempre hay patrullas policiales cerca para acudir a ellas si fuera necesario. Como Priego, Coronas coincide en que los locales de ocio nocturno son seguros y apunta hacia esa formación que reciben y que se traslada a todo el personal de sala.

Por su parte, Francisco Jiménez, de Sojo, detalla que en el caso de esta conocida empresa de ocio nocturno no solo reciben formación por parte de Hostecor y de la Policía Nacional, sino que su personal de seguridad también está fuertemente formado en este sentido. Jiménez también destaca la importancia de que todo el personal esté comunicado en todo momento para hacer funcionar un sistema encaminado a proteger a la víctima.

Todos los empresarios consultados, así como el presidente de Hostecor, aseguran que en los últimos años no han tenido casos de agresiones sexuales en sus locales, ni tampoco se dio ningún pinchazo cuando este asunto estaba en boca de todos.

Pregunta por Ángela

Uno de los primeros protocolos que se inició en este sentido nació en Reino Unido en 2016 bajo el nombre de Ask For Angela. La idea se hizo viral y empezó a funcionar en algunos puntos de España, Francia, Portugal o Estados Unidos. La base es que, si alguna mujer tiene un problema, se acerque a la barra y pregunte por Ángela, un código para que los camareros sepan que algo va mal e inicien el protocolo de actuación.

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