CONSECUENCIA DE LAS FIESTAS
Instan a un menor uso de petardos y pirotecnia en Córdoba por su negativo impacto en personas con autismo y mascotas
Autismo Córdoba pide un justo equilibrio entre la diversión y la hipersensibilidad al sonido de diagnosticados por trastorno del espectro autista y perros
Con motivo de las fiestas navideñas y la inminente celebración de la Nochevieja y Año Nuevo, Autismo Córdoba hace un llamamiento a la sociedad cordobesa y a las administraciones con competencias en el control de la venta y el uso de material pirotécnico que recuerden, antes de permitir la utilización abusiva de estos materiales, las consecuencias tan negativas que el empleo descontrolado de petardos y artículos similares ocasiona en las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA), ya que las mismas suelen presentar hipersensibilidad al sonido.
La presidenta de esta asociación, Paqui Suárez, ha recordado que el estruendo continuo de los petardos causa mucho estrés en las personas con autismo y también en personas de avanzada edad, con deterioro cognitivo, bebés y mascotas (especialmente en los que más conviven con personas, como son los perros).
Continuas llamadas a la Policía Local para quejarse
Paqui Suárez indica que en estos días festivos es habitual el empleo de petardos y similares por parte de personas en la vía pública, plazas, parques o urbanizaciones. Por este motivo, son habituales las quejas vecinales y las llamadas a la Policía Local por el ruido continuo, peligro y malestar que causan los petardos y otros productos pirotécnicos. "Ante esta situación, pedimos un justo equilibrio entre la diversión y el respeto a quienes sufren con esas prácticas que algunos tanto les divierten", añade la presidenta de Autismo Córdoba.
La hipersensibilidad al sonido es la modalidad sensorial más alterada en el autismo, lo que ocasiona que estas personas puedan sentir miedo e inseguridad ante la presencia masiva de estímulos y ruidos.
En el caso de los perros, la exposición a material pirotécnico y petardos provoca que puedan sufrir más infartos, convulsiones, fobias o taquicardias y también es habitual que traten de huir del ruido y que puedan perderse por este motivo, corriendo un mayor riesgo de resultar atropellados.
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