El paro juvenil ha caído en Córdoba, prácticamente, el doble que la media del resto de las edades durante el último año, pero este resultado no invita al optimismo en opinión de los sindicatos consultados, sino que respondería principalmente a la emigración con fines laborales y otras circunstancias como la continuación de los estudios. La información publicada en los últimos días por el Ministerio de Trabajo y Economía social indica que la provincia tiene 6.119 menores de 25 años parados y esta cifra representa un descenso interanual del 20%. El resto de las edades suman 61.247 desocupados y en este caso la caída se sitúa en un 11% en comparación con el dato de junio del 2021.
En líneas generales, el mercado laboral cordobés tiene 67.366 desempleados y estos son un 12% menos que hace un año, como ya se avanzó el lunes pasado. Entre otros aspectos, una de las cuestiones que se pueden destacar es que 6.509 personas buscan su primer empleo y este número ha bajado un 22% interanual. Sin embargo, pese al descenso la estadística permite concluir que un 10% de los parados cordobeses no ha trabajado con anterioridad.
Una primera oportunidad
Al cierre del primer trimestre de este año (último dato del Servicio Andaluz de Empleo), los parados sin empleo anterior representaban un 11,3% (6.900 personas en cifras absolutas) del total de los desempleados, lo que posiciona a Córdoba como la provincia andaluza con un mayor peso de los parados que buscan una primera oportunidad. De acuerdo con el informe difundido por el Observatorio Argos, en Andalucía hay 69.000 desempleados que buscan su primer trabajo y estos suponen casi el 9% de los parados totales de la comunidad autónoma.
Junto a otros datos, las cifras del SAE (que utiliza como fuente la Encuesta de Población Activa) concluyen que Córdoba tiene 2.900 hombres y 4.000 mujeres desocupadas que no han trabajado antes. La provincia también destaca a nivel regional por el peso del colectivo femenino que se encuentra en esta situación, ya que ellas son un 58% de los parados sin empleo anterior y la media andaluza es del 54%.
Por otra parte, sobre el perfil de los 6.119 desempleados menores de 25 años que hay en la provincia, la estadística del Servicio Público de Empleo Estatal apunta que ambos sexos tienen una proporción del 50% en este colectivo. El porcentaje es llamativo si se tiene en cuenta que, en las edades superiores, el 61% de los desempleados cordobeses son mujeres y un 39% son hombres.
UGT destaca el «éxodo»
La secretaria de Empleo de UGT, Francisca Haro, explica que la mayor caída del paro juvenil respecto al de otras edades responde a diversos motivos y apunta que, principalmente, se debe «al éxodo de jóvenes que se han visto obligados a emigrar para encontrar una oportunidad laboral». Asimismo, señala otras circunstancias positivas como «la necesidad que tienen las empresas de contar con profesionales con formación en nuevas tecnologías» y también que «se está produciendo, aunque de forma bastante lenta, un rejuvenecimiento de algunas plantillas». Esta responsable sindical hace hincapié en que «Córdoba y España tienen un grave problema con el paro juvenil, que es de los más elevados de Europa», y recuerda que «desde UGT seguimos defendiendo la necesidad de poner en marcha políticas muy concretas».
"Se está produciendo, aunque de forma bastante lenta, un rejuvenecimiento de algunas plantillas"
Acerca de la situación del paro del colectivo femenino, Francisca Haro comenta, entre otras ideas, que «a medida que la mujer se acerca a esa edad que la sociedad considera fértil, es penalizada en el mercado laboral. Una situación de discriminación que se alarga en los siguientes tramos ya que, habitualmente, son ellas las que se encargan de los cuidados de los menores, mayores y dependientes».
CCOO subraya la formación
Para la secretaria de Empleo de CCOO, Ana Belén Acaiña, una de las claves que explican el descenso del paro entre los jóvenes es la formación, dado que «la gente cada vez está estudiando más e incluso llegamos a ampliar la edad de formación porque hacemos másteres y demás. Asimismo, se realizan prácticas y los contratos de formación, que quizá algunas empresas pueden llegar a hacer un abuso de ellos. Si sumamos los periodos de formación y de prácticas, y los contratos de formación, cuando las personas empiezan su primer empleo, cesan y van a las listas del paro, lo normal es que hayan pasado los 25 años», detalla.
"La gente cada vez estudia más y ampliamos la edad de formación porque hacemos másteres y demás"
Acerca de la situación de la mujer en el mercado de trabajo, Ana Belén Acaiña coincide en manifestar que «una vez que pasan los 25 años o más empiezan a perder en el mundo laboral. La mujer suele empezar a planificar una vida con hijos o quizá tiene que asumir el cuidado de personas mayores y es la perjudicada, ya que sale del mercado laboral y sale perdiendo. De ahí que todos los meses sigamos pidiendo medidas que mejoren la inserción laboral de la mujer», apunta.
Preocupación en CSIF
La presidenta de CSIF, María Dolores Navajas, insiste en que «desde CSIF estamos muy preocupados por el incremento del desempleo entre los jóvenes que se registró en junio respecto al mes anterior. El hecho de que la variación interanual haya sido más positiva que en el resto de los grupos de población es consecuencia directa de la marcha de estas personas». De este modo, detalla que «los datos del Instituto de Estadística de Andalucía (IECA) señalan que en el 2021 se marcharon 3.543 cordobeses con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años. Son 236 más que el año anterior».
"El hecho de que la variación interanual haya sido más positiva es consecuencia de su marcha"
María Dolores Navajas lamenta que «la temporalidad y la precariedad son unas características muy negativas de nuestro mercado laboral. Este aspecto afecta principalmente a nuestros jóvenes, muchos de los cuales son contratados para campañas puntuales ligadas al turismo y al comercio». Así, opina, que «es lamentable que toda la buena preparación que reciben en la Universidad de Córdoba no pueda aprovecharse para mejorar la actividad económica e incidir en la necesaria transformación de nuestro modelo productivo».
