Más de un centenar de trabajadores han fallecido en accidentes laborales en la última década en la provincia. Aunque en la siniestralidad influyen muchos factores, algunos incontrolables, en los dos últimos años se ha producido un incremento de muertes. Y eso que la crisis ha provocado una disminución importante de la actividad y esto debiera haber causado una caída de los accidentes graves y mortales. Sin embargo, la competitividad por un puesto de trabajo y las exigencias provocan en muchas ocasiones un incremento de los riesgos y un mayor miedo a denunciar las condiciones. Para colmo, la nueva reforma laboral tampoco ayudará mucho.