Podría empezar por los que no estuvieron, pero prefiero iniciar el relato de un merecido homenaje por los que decidieron estar. Miguel Salcedo Hierro, actor, director, profesor, gastrónomo y cronista oficial de la ciudad al que los suyos conocen como don Miguel, volvió a ser ayer protagonista de un acto académico (que tenía como fin reconocer la trayectoria de un hombre, entregado en cuerpo y alma al arte, al teatro y a su "Córdoba querida") en el que la Escuela Superior de Arte Dramático fue oficialmente bautizada con su nombre. Sobre el escenario de la escuela por la que tantos años luchó como director, Salcedo Hierro centró su improvisado y erudito discurso en el teatro, esa forma de expresión a la que definió como "voz iluminada", frase que igualmente valdría para definirlo a él. A su lado, lo escucharon atentos el director del Conservatorio de Música, Juan Miguel Moreno Calderón ("un acto de justicia hacia alguien a quien quiero y admiro"), el que fuera durante años director de la Escuela de Arte Dramático , Antonio Barrios ("Salcedo, un hombre de bien"), su sucesor en el cargo, José Antonio Abad ("de mayor, quiero ser Miguel Salcedo") y la delegada de Educación María Dolores Alonso ("quien no saborea la belleza, no puede apreciar el arte de la vida y el teatro es vida"). Todos tuvieron palabras de elogio en las que destacaron "la honestidad, calidad humana y capacidad para enseñar y transmitir valores" del homenajeado. Como leve ruido de fondo, sonaba el zapateo y el murmullo de alumnos ensayando alguna escena. Atentos a la mirada de Salcedo Hierro, ocupaban las gradas la familia (su mujer, sus nietos y su hija Marisol, encargada de la clausura del acto con la lectura del mensaje del Día Mundial del Teatro, a cargo este año del sultán bin Mohammed Al Qasimi). Entre el público, uno de sus mejores alumnos, el actor de zarzuela Julio Sánchez Luque ("don Miguel es mi ídolo y siempre será mi maestro, él me enseñó todo lo que sé de teatro"), las concejalas del PP Luisa María Arcas y Marita Cuadrado ("debemos agradecerle que haya sido y sea la memoria viva de esta ciudad") y el plantel entero de profesores de la escuela. Tampoco se perdieron el homenaje el padre Mariano, el general Serrano y hermanos mayores de la hermandad de San Alvaro, de la que Salcedo Hierro y su hija Marisol fueran pregoneros en su día y del que este año será su nieto. Y, en el capítulo de ausentes, el equipo de gobierno municipal, del que no hubo representación alguna a pesar de estar confirmada la presencia de Luis Rodríguez, concejal de Cultura. Llamativa ausencia. (No comments ).