--Usted accedió a la secretaría general del sindicato sin excesiva polémica, pese a la eterna pelea interna que vive CCOO. ¿Es un buen negociador?--Una de mis mayores satisfacciones ha sido que, después de estar doce años en la secretaría de Organización y Finanzas, que por definición es conflictiva, los compañeros decidieran darme un amplísimo consenso para que fuera secretario general. Si Comisiones es el primer sindicato de este país es porque en él cabe mucha gente, y para eso es necesario tener el concepto de sumar, de acoger la pluralidad y diversidad del mundo del trabajo. Un sindicato de masas no puede buscar la exclusión, sino el máximo consenso posible.

--¿Son ustedes un poder real?--Hemos conseguido espacios importantes de influencia. Primero por el altísimo respaldo de los trabajadores, con su afiliación y en las elecciones sindicales. Luego, porque en Andalucía los sindicatos no solo defendemos los intereses de los trabajadores, sino que trabajamos para mejorar las condiciones del desarrollo socioeconómico. CCOO está presente en muchos foros, opina en todo lo que afecta al desarrollo económico y social y es un sindicato influyente. Y no renunciamos, porque esa influencia nos permite avanzar en nuestra pretensión de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y de los ciudadanos.

--Llevamos años de paz social, pero los trabajadores están pagando un precio alto en cuanto a precariedad. ¿Es así?--Andalucía ha crecido mucho en empleo, ha mejorado su economía, pero tiene un déficit importantísimo, el de la calidad del empleo, porque se está instaurando una cultura de que la competitividad de nuestras empresas tiene que ser a través de salarios bajos y de precariedad. Y eso es totalmente falso. Andalucía necesita un cambio de mentalidad colectiva, especialmente entre los empresarios, para que vean en la contratación indefinida una oportunidad de competitividad y mejora de productividad de sus empresas. Un trabajo permanente necesita un empleo estable, y a eso los empresarios andaluces son muy reacios. CCOO tiene que presionar para cambiar esa situación, muy negativa para nuestra tierra.

--¿Es solo una cuestión empresarial o también influye la preparación de los trabajadores?--En esto puede incidir el tejido productivo, muy situado en sectores estacionales, pero yo creo que los trabajadores de Andalucía tienen una gran cualificación. A veces la eventualidad impide formarlos más, porque un contrato de seis meses no permite que el trabajador se incorpore a la formación continua, y también tiene menos identificación con el proyecto empresarial.

--Da la sensación de que los sindicatos están defendiendo más al sector público, que es donde el trabajador tiene más garantía, que al sector privado, que se siente menos protegido.--Es una sensación equivocada. En Andalucía el crecimiento afiliativo de CCOO en los últimos años donde más se da es en los sectores tradicionales de la industria y de los servicios. Es más, toda la acción sindical de la concertación y del diálogo social que hemos tenido estos años y los acuerdos están encaminados a la calidad del empleo, y a mejorar las condiciones de la gente que está en desempleo. Es cierto que en muchas pequeñas empresas se tiene la sensación de que la cobertura sindical es menor porque las empresas con menos de seis trabajadores no hacen elecciones sindicales, el trabajador convive con el empresario a diario y es diferente a las que tienen más tamaño.

--Aquí en Córdoba los suyos tienen una buena liada. En el último congreso usted medió para lograr el acuerdo de gobierno entre la mayoría y el sector crítico, que ahora se ha roto. ¿Qué consecuencias tendrá?--Nosotros siempre hemos tenido diferencias importantes en el interno, pero en estos momentos no hay diferencias en el discurso ni en la práctica sindical. Yo creo que Rafa Rodríguez (el secretario general de Córdoba) hizo una apuesta atrevida, dar espacio de gobierno a todo el mundo. Pero cuando hay democracia hay que poner en práctica lo que se decide mayoritariamente, y en ese sentido, o al menos eso me traslada el secretario general, hay una quiebra que podría ser subsanable y espero que en el futuro se subsane. Es más, las diferencias en el interno del sindicato han mermado muchísimo, fijate que después de quince años ha sido la única vez que ha salido un informe del secretario general por unanimidad en Andalucía. Eso significa que siendo un sindicato muy plural los elementos centrales del debate y de la acción sindical tienen un alto consenso. Creo que en Córdoba obedece más a otras cosas que a diferencias sustanciales de la política sindical, que ni las veo ni nadie las pone sobre la mesa.

--CCOO es mayoritaria en Andalucía, pero no en Córdoba (aquí viene ganando UGT). ¿Eso es para usted una espinita?--Somos el sindicato mayoritario del país. La verdad es que hay pocas diferencias y ambos, CCOO y UGT, estamos muy consolidados. Pero es cierto, no sé si es espinita o no, pero yo quiero que CCOO, aunque sea por uno, sea mayoría en Córdoba.

--Usted viaja por Andalucía, por España, conoce muchas realidades.... ¿Es Córdoba tan especial como nos creemos, una sociedad tan inmovilista?--Creo que Córdoba necesita proyectos ilusionantes del conjunto de las fuerzas políticas y sociales. Esta ciudad, que tiene marca (y hoy las marcas son muy importantes en el mundo globalizado en el que vivimos), necesita