Pónganle, por favor, música a la letra y me cambian del bolero inolvidable lo de «Es la historia de un amor», por

«Es la historia de un arroz / Como no hubo otro igual». Se refiere, me refiero, al perol, que se sigue peroleando, según mis informaciones, mucho más que nunca y mejor, porque el perol une y reúne, y es, además del salmorejo, por ejemplo, nuestro plato por excelencia, aunque a veces no sea necesario lo del plato, que ya saben la ceremonia, cucharada y paso atrás.

Me he atrevido al título de este domingo porque la cocina es la que manda. Insisto que a los niños se les pregunta que cuál es su deseo para cuando sean mayores, y te dicen lo que manda en la tele. «Yo quiero ser cocinero, como Tamara Falcó». Con ella, servidor un día, o mejor una noche, vendimió, junto a su padre el marqués, en su viña de Toledo. Ya tenía los hermosos ojos verde uva, aunque es gracioso, por que su madre, Isabel Preisler, dijo por la noche en la fiesta de su casa con los Chunguitos «¡pero si esta niña mía no sabía ni freír un huevo!». Hombre, claro, es que no es fácil hacerlo.

Y eso que, ojito, ahí en Córdoba me enseñaron a mí que una de las cosas más rica del mundo es la cresta de gallo frita. Es más. Me descubrieron que los chinos se las llevan por kilos, y que saben a gloria bendita.

Las cosas de la cocina. La palabra, por supuesto, que es una manera de «cocinar» está claro, por eso traigo aquí el nombre de mi maestro, don Manuel Pimentel, porque le han encargado el difícil puesto de mediador, que es, sobre todo, la ciencia de la paciencia, en el asunto de Endesa, que llevan, dicen, más de dos años sin llegar a un acuerdo. Suerte don Manuel, recibo uno de esos recados que te mandan por teléfono.

¿Por qué no dice usted lo bien que huele Córdoba, cuando huele a dama de noche? Porque además es un perfume que se lleva mucho últimamente. Como el aroma de doña Concha Velasco, que estos días esta cumpliendo los ochenta años, de su hermosa y llena vida. Como sé que tiene tanto «acercamiento» a la Córdoba del teatro, sobre todo, como me dijo la otra mañana cuando la llevé del brazo hasta la parte de arriba de Santa Justa, en Sevilla, y me comentó aquello que hoy recojo otra vez para ustedes.

Me quedo con este titular, de algún sitio recogido. «Córdoba ilumina al mundo». Y quien lo hace posible, el milagro, Puente Genil, ya lo saben, pero es que además es cierto y me alegra recogerlo, por que ya están encendidas la luces, al menos la de mi viejo cuerpo. Me gusta la Navidad, la clásica, «Esta noche es nochebuena...». Ya lo saben, apoteosis de la zambomba y más si esta hecha con el barro de La Rambla y la caña del Guadalquivir a su paso por lo nuestro, y el pellejo de conejo, del de nuestra geografía.

Me anticipo, ya lo sé, y lo hago con mucha gana, por que hay mucho deseo de evitar lo nuestro y darle sitio a lo que viene de fuera. Me soplan al oído, que lo tengo regular, cuestión de edad ya saben, «¿pero cómo es que no ha dicho usted, que es tan taurino, lo del capote de luces, a la infanta doña Elena, por su siempre demostrado amor por la Fiesta? Verdad y perdonen por el retraso, y además que ha estado a punto de ser suegro de torero, aunque luego, a la hora de la verdad, nunca mejor dicho, solo fue un rumor, eso sí, fundamentado en hechos visibles...

Les cuento. Me cuentan que han visto por Las Tendillas a un mexicano especial del que no se sabe nada hace algún tiempo pero que fue una leyenda viva. ¿Recuerdan al mítico comandante Marcos, que de repente bajó del monte y desapareció de la escena planetaria? En su tiempo contamos en esta misma última, la contra, que había una leyenda urbana que aseguraba que Marcos había tenido un romance, y hasta quizá, con descendencia, con una chica que era enfermera en Córdoba, ¿recuerdan?

Ah, y confirmarles que Anne Igartiburu, la bellísima, la del corazón de cada mediodía, será quien dé las campanadas este próximo 31, en La 1, la española, de la misma forma que en la 3 será nuestra Pedroche, que ya ha puesto en el aire la pregunta ¿será como dicen con un vestido transparente, eso sí, de muchos lunares? De todo les tendré informados, para dexintoxicar de tanto bulo, que este invierno se van a vender más que los mantecados, los polvorones, de Montoro, que por cierto, la duquesa, ya saben que acaba de cumplir cincuenta, aunque el otro día la vi y llevaba toda su mejor juventud en la mirada aunque iba durmiendo, en el tren.

Una nueva manera de ver Córdoba, mientras vuelvo a pedir, que lo llevan, mi salmorejo de siempre. ¡Ay, si hicieran un alfajor con sabor a nuestro perol¡ pero ya saben que soñar no cuesta nada. Les quiero.

Tamara Falcó, reciente ganadora de Masterchef Celebrity, el empresario Manuel Pimentel, la actriz Concha Velasco y la infanta Elena. FOTOS: EFE / NURIA SOLER