Una cosa quedó clara ayer, que el estadio de Ipurúa es maldito para el Córdoba. Nunca ha podido lograr los tres puntos en las nueve visitas que ha realizado al feudo eibarrés.

Otra cuestión es que a los blanquiverdes se les atragantan los equipos que tienen un estilo de juego parecido al de los vascos. Es decir, pelear todos y cada uno de los balones, no dejar respirar al contrario, presionarlo hasta la extenuación y aprovechar la ocasión que se le presente. Estas son las mejores armas de un Eibar que si por algo destaca, muy por encima del resto, es por la entrega de todos sus hombres. Es una virtud que se ha ido traspasando a través de las generaciones, porque ese mismo estilo es muy parecido, por no decir un calco, desde hace muchas temporadas.

Todos los equipos tienen muchas dificultades en Eibar. No por el ambiente, que ya lo quisieran muchos campos, sino por la idiosincracia que rodea todo. Sus jugadores son conscientes de que son inferiores técnicamente, pero eso lo suplen con un fútbol aguerrido, que cuenta en muchas ocasiones con la permisividad de los colegiados, basado casi en su totalidad en el sistema defensivo, y delante un hombre que se parte la cara con todo el mundo, como es el caso de Toquero. Así les va bien y saben que es lo que tienen que potenciar, ya que del resto escasean bastante.

POCAS IDEAS Enfrente estaba el Córdoba. Parecía saber absolutamente todo de los eibarreses, pero una cosa es saberlo y otra llevarlo a la práctica. Las ideas de los blanquiverdes se fueron difuminando con el paso de los minutos. Al final no encontraban otra manera de jugar que no fuera la de lanzamientos desde atrás buscando un remate o una segunda jugada. A tenor del resultado está claro que no consiguió su objetivo de, al menos, salir sin sumar algún punto.

No empezó mal el Córdoba. Se hizo con el control en el centro del campo y desde ahí lanzó buenos ataques. En uno de ellos pudo adelantarse en el marcador. Gaspar, que al final fue el elegido para acompañar a Ito en la zona de pivotes, lanzó un fuerte tiro con la izquierda pero Zigor adivinó su intención y rechazó el balón. Eran los mejores minutos de los blanquiverdes, que no pasaban apuros y sí se los hacía pasar al rival.

Todo iba bien hasta el minuto 32. Un nuevo error, en esta ocasión en un lanzamiento de falta a su favor, propició la jugada que al final resultó decisiva. Una internada de Sutil fue cortada claramente por Pierini. El problema es que el italiano lo hizo sobre la pierna del eibarrés. Un penalti tan inocente como justo que Txiki no desperdició.

El cero a uno le hizo mucho daño al Córdoba. Ya no se encontraba tan cómodo y le costaba muchísimo salir con algo de sentido de su propio campo. Aún así se le iba a presentar una nueva oportunidad. Gastón Casas no se dio cuenta de su privilegiada situación y cabeceó fuera cuando tuvo tiempo de sobra para hacer algo más.

Antes de esto, e incluso del gol, José González sufrió su primer contratiempo. El hombre en el que había depositado muchas de sus esperanzas para romper el juego del rival, Gaspar, especialmente por arriba, se lesionó, por lo que sus planes se vinieron abajo. Poco después llegó el gol. Salió Katxorro, que no lo hizo mal, pero sus cualidades son muy diferentes a las del cordobés, agravada por la forma de jugar del Eibar y a su peculiar terreno de juego.

Lucha, entrega, ganas... Todo esto era lo que se resumía en el campo. Juego poco. Ninguno de los dos lo ponía en práctica y eso era una clara ventaja para los locales. Así están más cómodos y más si van por delante en el marcador.

Con estos síntomas, la segunda mitad era esperada con interés. Algo tenía que cambiar si el Córdoba quería sacar un resultado positivo. Tenía que seguir luchando igual que el rival, pero al mismo tiempo necesitaba dar un giro a su juego, algo que desgraciadamente no llegó.

Un error en el saque de banda propició que Alessandro Pierini cometiera un claro penalti sobre Sutil. Fue la jugada clave porque derivó en que los blanquiverdes rompieran su buena racha de resultados.

- Ficha técnica:

1 -Éibar: Zigor; Txiki, Urzelai, Alaña, Raúl García; Larrazabal, Lombraña, Tiko (m. 77, Markel), Cases (m. 63, Carlos Rubén), Sutil (m. 70, Yagüe); y Toquero.

0 - Córdoba: Raúl Navas; Ceballos, Pablo Ruiz, Pierini, Rubén; Ito, Gaspar (m. 26, Katxorro), Cristian Alvarez, Arteaga (m. 67, José Vega), Asen (m. 55, Yordi); y Gastón Casas.

Gol: 1-0 (32´) Claro derribo de Pierini dentro del área sobre Sutil. El correspondiente penalti lo lanza Txiki a la izquierda de Raúl Navas, engañando por completo al meta blanquiverde.

Árbitro: Martínez Franco. Comité Murciano. Su labor fue correcta, aunque el partido apenas tuvo complicaciones. Dudó algo en la señalización del penalti. Amonestó a Sutil, Alaña y Lombraña, por el Eibar, y a Cristian Alvarez, Rubén e Ito, por el Córdoba.

Incidencias: 2.000 espectadores presenciaron el encuentro disputado en el campo de Ipurúa.