El Parque Nacional de Doñana afronta una de las peores sequías de su historia, pues sólo se han recogido en este enclave ecológico 177 litros por metro cuadrado desde el pasado septiembre, un tercio de la media histórica de la zona, cifrada en 645,8 milímetros. Estos datos de lluvia son los más bajos de la serie histórica de la marisma del Guadalquivir, iniciada en 1859, excepto los 159 litros contabilizados en el año hidrológico 1872-1873, el peor desde entonces en cuanto a pluviometría.

Las precipitaciones del actual ejercicio hidrológico también son las menores de la serie histórica del Parque Nacional, comenzada en 1970, con la excepción de los 169 litros del ejercicio 1979-1980.

La escasez de lluvias de este año resulta más evidente si se tiene en cuenta que de noviembre a enero, el trimestre de mayor pluviosidad en Doñana, con una media histórica de 360,5 litros por metro cuadrado, sólo se han contabilizado en este año 40,2 litros, nueve veces menos que el promedio del último decenio.

La sequía se prolonga en esta zona desde el final de la primavera de 2004, pues no llovió nada en junio y julio del pasado año y sólo 2,2 litros en agosto.

El mes con mayores precipitaciones en lo que va de año, y el único con lluvias superiores a la media histórica, ha sido febrero, cuando se contabilizaron 48,6 litros por metro cuadro.

La directora de la Red de Espacios Naturales Protegidos y Servicios Ambientales de la Junta de Andalucía, María del Rosario Pintos, señaló que Doñana es un ecosistema acostumbrado a superar procesos de sequía como el actual, aunque admitió que la situación puede agravarse si las lluvias no vuelven este otoño.

Añadió que las aves están acostumbradas a estos ciclos pluviométricos, que afrontan modificando sus lugares de invernada, por lo que la sequía suele corresponderse con una reducción del número de aves que nidificarán en el Parque Nacional.