Los devotos del Cristo de Medinaceli, que en Montilla se cuentan por miles, nunca olvidan la vieja tradición, creada en torno a la imagen de Jesús Preso, maniatado con rostro solemne y misericordioso que se venera desde hace siglos en un templo madrileño.

Los devotos que se acercan cada año hasta la imagen del Preso de Medinaceli o algunas de sus reproducciones se muestran convencidos de que encendiendo velas y postrándose a orar el primer viernes de marzo de cada año ante Jesús Preso consiguen que se cumpla uno de los tres deseos expuestos ante la imagen.

MAS DE 3.000 MONTILLANOS

Más de 3.000 montillanos se acercaron ante la pequeña imagen instalada en una de las capillas laterales del templo parroquial de Santiago Apóstol, para cumplir con el ritual y presentar sus tres deseos.

El acto piadoso arranca de un hecho ocurrido en 1681, cuando la talla de un nazareno sevillano fue robada y profanada. Arrastrada por las calles de ciudades moriscas donde recibió todas clases de vejaciones, el Preso resultó seriamente dañado.

Para recuperarlo, los trinitarios pagaron un rescate y pudieron trasladarlo a Madrid, donde fue restaurado y se venera con el nombre de Rescatado de Medinaceli.

Montilla cuenta con una soberbia talla del Rescatado, obra de las hermanas Cueto.

Desde hace unos años, el Rescatado montillano también es objeto de veneración en este mismo día. De hecho, esta talla atribuida a las hermanas Cueto. Incluso, una tercera talla del Señor de Medinaceli, se venera en Montilla como titular de la hermandad de Jesús Preso y Nuestra Señora de La Esperanza.

No obstante, en ese primer viernes de marzo el protagonismo en este día sigue siendo del templo parroquial de Santiago Apóstol, donde se rinde culto a un Nazareno de Medinaceli de menores dimensiones, de mediados del siglo XX al que acuden cientos de personas para presentar sus tres peticiones de rigor, como manda la tradición.

El Cristo de Medinaceli, o Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, es una imagen de Jesús de Nazaret que evoca el momento de su Pasión. Cuando Pilatos lo presenta al pueblo.

Se encuentra en la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli en Madrid. También es conocido como el Señor de Madrid.

Se desconoce con absoluta seguridad quién es el autor, aunque pertenece por su estilo artístico a la escuela sevillana del taller del cordobés Juan de Mesa. La efigie data de la primera mitad del siglo XVII y mide 1,73 metros de altura.