Acaba de entrar en el instituto por primera vez y ya siente la presión de la nueva ley de educación. Yolanda Rodríguez, que estudia en el IES Alhaken II, tiene que empezar a acostumbrarse a un nuevo centro, nuevos compañeros, nuevos profesores y nueva ley educativa, la Lomce. Dice que ha oído hablar de ella, sabe que tiene que realizar unos exámenes a final de curso, pero no es consciente todavía de toda la controversia que están generando esas pruebas, y lo que podría suponer para su futuro. Al margen de ello, está dispuesta a esforzarse al máximo para sacar los mejores resultados.

África Jurado, que estudia en el instituto de enseñanza secundaria San Álvaro, ya es un poco más mayor, ahora empieza su etapa en Bachillerato, y está un poco más informada. Habla con su madre mientras ven las noticias y ambas opinan sobre la nueva ley. La incertidumbre se apodera de ella. "En clase no se ha hablado del tema‡", asegura. Cuenta que han implantado nuevas asignaturas como Cultura Emprendedora y Empresarial, que puede que quiten otras. Y estos cambios no le ofrecen demasiada seguridad. Por ello, prefiere mantenerse al margen y centrarse en su formación, pase lo que pase.

Con 34 años, Darío Muñoz está más preocupado por conseguir formación para responder a los "trabajillos", como él dice, que le van surgiendo, que de los cambios que supone la nueva ley de educación. Es ingeniero Informático de Sistemas y ahora realiza un ciclo de Iluminación, Capatación y tratamiento de la Imagen.

Las diferencias entre los tres son notables, pero todos persiguen una misma meta: formarse para afrontar el futuro.