Al terminar el encuentro, una docena de aficionados blanquiverdes esperaban a la salida de jugadores y consejeros de La Romareda. Al escuchar un grito de "¡directiva, dimisión!", el vicepresidente del Córdoba, Javier Jiménez, se acercó a ellos a pesar de que su acompañante, Sergio Medina, se lo desaconsejó. La conversación no fue en un tono alterado. El consejero les explicó que el Córdoba no es un club como tal, "sino una sociedad anónima, por lo que dimitir es imposible. Tendría que venir alguien dispuesto a comprar el paquete mayoritario. Si vosotros lo queréis comprar...", les dijo. Posteriormente, le preguntaron por el traspaso de Fede Vico. "Si Fede es tu hijo, viene un equipo de Champions y te da lo que le da, ¿tú qué harías? Pues venir al club, ¿no?". Otro aficionado recriminó a Jiménez que "os lo estáis llevando". El vicepresidente le respondió que "podremos estar haciéndolo mejor o peor; toda crítica es aceptable, pero llevarnos ¿el qué? El Córdoba estaba en quiebra técnica cuando llegamos y salir de ahí no es nada fácil. No tenemos ni para un puesto de pipas". Y cómo no salió el runrún latente: "¿Qué vais a hacer con Villa? No lo destituyáis", le pidió un aficionado a Jiménez, que respondió con otra pregunta: "¿Pero cuándo el club ha insinuado siquiera que va a destituir al entrenador?". De hecho señaló la llegada de Pedro Cordero como una manera de reforzar la parcela deportiva de la entidad. Eso sí, el vicepresidente les explicó a los aficionados cordobesistas que en el club "estamos preocupados. Llevamos tres derrotas y no vemos al equipo bien, como vosotros. Me gusta que apoyéis al entrenador, algo que no hicisteis el año pasado con Berges", les recordó Jiménez. La charla, que empezó algo tensa aunque acabó con normalidad, se extendió también a intercambiar comentarios sobre el viaje de los aficionados en autobús y del consejero, que regresaba en AVE a Madrid pocos minutos después.