A la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía le interesa tanto el cine como a un rinoceronte el teatro de Eugene Ionesco. O sea, nada. Y no quieren ni escuchar la palabra que nombra al séptimo arte, por eso la han cambiado por eso tan moderno: el audiovisual, ese cajón de sastre donde cabe todo.

Con el anuncio del traslado, perdón, desmantelamiento de la Filmoteca de Andalucía en la calle Medina y Corella, en pleno corazón de la Judería, el lugar para el que se ideó hace más de 25 años, la Junta esconde unas intenciones (si son buenas, que lo dudo, deberían recordar que con las mejores se realizaron las peores películas de la Historia y ello no es excusa) y unos motivos que nadie logra entender, salvo la consejera cordobesa que ostenta el cargo y su aliado, el responsable de la institución que ha quedado retratado para la posteridad.

En fin, que la mudanza comenzó hace semanas, por la puerta de atrás y a toda prisa, sin pedir opinión a nadie, haciendo oídos sordos a quienes han frecuentado el centro cultural durante tantos años. Hechos consumados es como se denomina la forma en que se ha llevado a cabo esta barbaridad, este disparate.

Y qué hay detrás de este despilfarro económico que pagaremos todos los andaluces, quizás una cortina de humo para ocultar esos escándalos que han venido destapándose en la consejería con esos cargos fantasmas, el ineficaz papel de quienes tendrían que haber hecho algo para que no permaneciera cerrado durante años ese edificio conocido como C4 (Centro Andaluz de Creación Contemporánea), hacia donde ha emigrado documentación y demás materiales de la Filmoteca… No sé, pero de lo que estoy seguro es del sinsentido de la operación perpetrada. Porque si de verdad el objetivo era impulsar esta institución, lo acertado habría sido apostar por una buena programación, remozar el edificio poniendo al día las instalaciones y, desde luego, habiendo buscado alguien para la dirección con el perfil adecuado, con interés por el cine y capaz de gestionar con la independencia necesaria como para no haber pasado por este dislate.