El Centro de Poesía Visual de Peñarroya-Pueblonuevo, reconocido por las siglas CPV, lleva funcionando ya nueve años, desde el pasado octubre del 2005 en que fuera creado, y, dependiente de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de la citada localidad, es referente único de este original tipo de poesía en España. Tiene su sede en el mismo edificio que actualmente ocupa también el Museo Geológico-Minero (con restos admirables del pasado industrial de la población), y en él se coleccionan y exponen muy numerosas obras de este género artístico al que normalmente se le denomina poesía visual o poesía experimental, que se diferencia así de la acepción del género lírico o poesía discursiva, si bien con cierta frecuencia ambas modalidades pueden complementarse y en realidad debe saberse que la visual fue en sus orígenes una evolución o transformación de la discursiva, pues basta pensar simplemente en que la poesía vanguardista tuvo en la expresión del caligrama uno de los momentos iniciáticos --históricamente se han documentado otros-- de la poesía visual.

LA POESIA VISUAL

En el libro Lecturas conjuntadas sobre poesía visual. Con antología complementaria de nombres destacados (Málaga, Corona del Sur, 2011) puede leerse que "El afán lúdico o de redescubrimiento de la realidad está en la base de la experiencia visual, que al fin y al cabo es arte, artesanía, diseño, y, desde una perspectiva ética, transgresión, asombro, independentismo y contestación", cita que se complementa si le añadimos la constatación de que es un "arte efímero, inconformista, reaccionario, iconoclasta, que aspira a provocar sensaciones, emociones y reacciones a partir de los estímulos visuales, siendo estos de naturaleza tan heterogénea que pueden estar basados en la forma, el color, las posibilidades del letrismo, la deformación o la invención". Por estas características se entiende que la poesía visual sea un arte que no puede permitirse el inmovilismo, y la más contundente forma de demostralo han sido las tres intensas jornadas del V Encuentro de Poesía Visual de Peñarroya-Pueblonuevo donde, entre los días 17 al 19 de octubre, se han sucedido las conferencias, muestras y exposiciones de obras, talleres, presentaciones de libros... y todo ello en el marco único e incomparable del Centro de Poesía Visual que tantas obras, bibliografía, documentación y archivos digitales acumula sobre esta temática.

Los artistas/poetas visuales presentan sus creaciones engarzándolas a las coordenadas de espacio, color, volumen, movilidad, etc., con la seguridad de que el público, gracias a su facultad intelectiva que se alía con su mirada, puede ver intelectualmente lo que contempla y admirarlo con la emoción de todos sus sentidos. Por eso se ha dicho que en este tipo de arte pueden conjuntarse, provenientes de los diversos campos, "invenciones, caprichos, antojos, apetencias, y cualquier otra cosa que sea imposible confesar". Seguramente ahora más que nunca debemos traer a colación aquella cita de José Luis Campal --que Alfonso López Gradolí inserta en su edición de Poesía visual española (Antología incompleta) , Calambur, Madrid, 2007-- sobre que "La poesía visual, en su sintética concreción comunicativa, anula barreras, lima estereotipos, desjerarquiza la falseadora función elitista o minoritaria de la poesía y promueve una inhalación de novedosas vías expresivas que no se han agotado, ni mucho menos, con el viejo siglo XX". Y por ello se prolongan en el XXI.

ENCUENTROS BIANUALES

Habiendo sido hasta ahora el CPV el centro impulsor de diversos encuentros de poesía visual, el que se ha celebrado los pasados 17, 18 y 19 de octubre ha tenido como lema El libro, objeto de arte , motivo por el que se han reunido en Peñarroya alrededor de una veintena de expertos en la teoría y en la práctica de este tipo de trabajo visual, a los que se han sumado experiencias de profesores y alumnos igualmente preocupados por explotar las posibilidades didácticas de lo visual: entre ellos debemos citar a F. Javier Alvarez Amo, Antonio Martín Flores y María José Moya Marín. Recuérdese de paso que los precedentes encuentros se dedicaron, con una periodicidad bianual y sucesivamente en 2006, 2008, 2010 y 2012, a hablar de muy diversos aspectos de lo visual, y que de lo tratado puntualmente en tan interesantes convenciones dan fe las respectivas actas --en 2014 se ha hecho un adelanto de edición de las correspondientes al anterior IV Encuentro-- cuidadosamente publicadas por el ayuntamiento peñarriblense y la Diputación, cuyas páginas aunan el texto de las conferencias pronunciadas con las fotografías de los trabajos mostrados o ejecutados en su transcurso.

El atractivo del CPV está no solo en la circunstancia de ser sala permanente de exposición de obras visuales, por mostrarlas debidamente enmarcadas o en vitrinas acondicionadas al efecto, sino paralelamente en ofrecer la posibilidad de debatir, teorizar y ejecutar ante el público los aspectos o disciplinas más candentes en este tipo de arte, razones que explican que a cada encuentro acudan --con el necesario apoyo económico de las autoridades municipales, lo que ya es mucho en tiempo de crisis-- las figuras más relevantes y punteras del arte de la visualidad, y por ello durante estos años han predicado con su palabra y su ejemplo personalidades como César Reglero, Antonio Gómez, Francisco Aliseda, Manuel Lucas González, Francisco Peralto --quien por cierto presentó en 2012 una obra grandiosa e imprescindible para este tipo de poesía como es la suya titulada Visual Libros --, Isabel Jover, Juan López de Ael, Bernd Dietz o Antonio Monterroso, autor que a la sazón acaba de publicar y presentar en estas últimas jornadas un interesante libro que auna teoría, crítica y poesía visual bajo el título de Veo, veo (Córdoba, La Manzana Poética, 2014). Con su incansable director José Catalá al frente, el Centro de Poesía Visual es ya no solo punto obligado de cita para artistas, seguidores y entusiastas de la visualidad, sino foco de expansión de un conjunto de disciplinas que la tiene como basamento ecléctico al confluir sobre él y desarrollarse en la fotografía, el cine, la publicidad, la pintura, la impresión y encuadernación, el collage, el desplegable, el mail-art, la performance y un largo etcétera cuyos rasgos comunes deben ser el colorido, la originalidad y la contemplación entendida como expectativa universal. Es todo este conglomerado de intereses artísticos lo que explica que en años anteriores hayan podido celebrarse los encuentros en torno a las diferentes posibilidades del género y que se iniciaran en 2006 bajo el título aglutinador de Una muestra de Poesía Visual .

GENEROS DE LA POESIA VISUAL

En el terreno de la poesía visual hay muchos y muy diversos enfoques que han acabado caracterizándola como una disciplina del arte --y de que es arte no debe quedar ninguna duda-- que aparece definido por la heterogeneidad y la experimentación, de las que da idea solo la cita de las diversas modalidades -podríamos llamarlas "géneros"-- que se concretan en la obra artística: graffitis, revista ensamblada, revista objeto, libro de artista... Si todo ello confirma a sus respectivos referentes como poesía visual, lo cierto es que la mayoría de ellos están siendo objeto de definición, explicación o interpretación en el momento presente, con la particu-