Noventa y siete textos, presentados con la estructura de un nuevo libro inédito de Juan Ramón Jiménez --aunque de ellos solo treinta y ocho lo sean-- son los que acaba de editar Rocío Fernández Berrocal como una consecuencia, según escribe Antonio Colinas en su prólogo, de que en Juan Ramón "la amplitud de su obra sigue deparando sorpresas, tanto a sus estudiosos como a sus lectores". Estos, con las palabras breves pero muy clarificadoras de Colinas, se hacen ya una primera idea de la época a que pertenecen los citados poemas, escritos en 1912 y 1913, con los que se llega a conformar "otro de los más grandes libros emblemáticos del poeta de Moguer".

Rocío Fernández Berrocal, que presenta las particularidades de esta poesía reunida en Idilios mediante una excelente introducción (págs. 15-88), dedica el primer apartado, Poeta incendiado , a dar las principales referencias de este libro que Juan Ramón dejó preparado para publicarse --de hecho, muchos poemas ya estaban publicados en diversos lugares-- y que significa "la antesala del cambio hacia la poesía pura en esa conciencia de búsqueda de la esencia, de un camino propio de trascendencia". Y con palabras del poeta, Berrocal anota que los rasgos fundamentales de estos poemas son "brevedad, gracia y espiritualidad", además de concretar que él mismo los dividió --y así aparecen aquí editados-- en Idilios clásicos (poemas de amores nostálgicos) e Idilios románticos (que son los dedicados a Zenobia Camprubí).

Es tan rica, explicativa y explícita esta introducción que en el apartado siguiente, Biografía de Idilios , se sitúa a este libro dentro del proyecto creativo juanramoniano y se le relaciona con otros libros del poeta, sobre todo con Monumento de amor y Diario de un poeta recién casado . Muchos otros detalles referentes a la procedencia documental de los poemas --especialmente de los que se habían editado-- están tratados en El proyecto Idilios: Corpus literario , en uno de cuyos parágrafos se indica que el vocablo idilio "denota ternura y delicadeza, relación ensoñada de cierta hondura", añadiéndose después una historia sobre los precedentes del subgénero lírico y estableciéndose también la subdivisión entre idilios clásicos e idilios románticos para hacer, en cada caso, un detallado comentario de los textos que en esta edición pertenecen a uno u otro grupo.

La ensayista y editora concluye con dos páginas tituladas JRJ: Cazador de absolutos poéticos , en las que vuelca necesarias conclusiones para afirmar que en el libro sobresalen "ideas de trascendencia, sorpresa, belleza, emoción estética" y que estas son caminos "que confluirán al final en uno solo, el de la poesía suficiente". Al fin, el lector, con sensibilidad y atención, deberá por su parte recorrer el contenido lírico de estos Idilios para encontrarse, por ejemplo, con el poema que los inaugura ("Espera la esperanza / -¿a quién?-, / entre las hojas verdes, ciega") o con otros que hablarán sobre todo de Zenobia, a la que se dice: "¡Qué dolor en mis ojos, pobres pájaros, / de atravesar paredes, / para estar en los tuyos!", o "Al encontrarte, Amor, hallé el Idilio / leve, cual tú, gracioso, / como una mariposa que aleteara / con tus dos ojos verdes / por los nardos".

'Idilios'. Autor: Juan Ramón Jiménez. Edita: La Isla de Siltolá. Sevilla, 2013.