Escritora y periodista, Almudena Solana es una amante de la palabra. Empezó a escribir no hace mucho, en 2002, y hoy por hoy es una escritora reconocida. Su primera novela, El curriculum de Aurora Ortiz , fue saludada por la crítica española como excelente novela. Publicada en Inglaterra en 2005, fue reconocida por los mejores diarios y críticos. En 2011, The Curriculum Vitae of Aurora Ortiz fue llevado al teatro en Inglaterra. Su segunda novela, Las mujeres inglesas destrozan los tacones al andar , y su tercera, La importancia de los peces fluorescentes , han supuesto el respaldo de los lectores y la consolidación de Almudena Solana como una gran escritora. Ahora publica Efectos secundarios .

-- ¿Por qué una novela a través de los medicamentos más consumidos?

--En realidad se puede contar una historia desde cualquier ámbito. Cualquier cosa puede traer un brote de inspiración: una esquela, un anuncio por palabras... o un prospecto. ¿Por qué no? Detrás de esas expresiones escritas pueden ocurrir cosas. No encuentro una mejor radiografía de nuestra sociedad hoy que detenerme en los diez medicamentos más vendidos. He buceado en los prospectos de Adiro, Orfidal, Augmentine, Nolotil, Lexatin, Sintrom... Después, cada uno de estos medicamentos se convirtió en un personaje, conservando hasta el mismo nombre. Adiro es una ejecutiva, Sintrom es un policía nacional, Lexatin un periodista que trabaja en el diario Marca, Augmentine trabaja en Zara... Hay una azafata de Iberia, una saxofonista holandesa que llegó a Madrid... Cada uno tiene una vida, unos anhelos, unas frustraciones. Estas diez vidas en total se van entrelazando muy sutilmente hasta llegar a un final común.

--¿Por qué el título 'Efectos Secundarios'?

--Me gustan los efectos secundarios; observo que tienen mala fama porque las personas los ven como algo negativo. ¿Por qué? Tal vez porque sólo pensamos en la inmediatez, lo ultra rápido, lo ligero, lo previamente programado... No dejamos hueco a lo imprevisible... Para mí, en cambio, los efectos secundarios representan lo inesperado, las segundas oportunidades; son las carreteras secundarias, las divagaciones, la parte de atrás de las cosas, el ajuste de cuentas con el pasado... Ahí, en ese mundo no esperado se encuentran las diez historias de mi novela. Los efectos secundarios les llevan, de la mano a cada uno, hacia el final común.

--¿Has dedicado mucho tiempo a la investigación?

--Me gusta aprender sobre el mundo en el que me voy a detener en la ficción. He estado cuatro años; dos años entre listados, medicamentos, entrevistas con expertos, y dos años más recreando ese mundo de ficción desde esos medicamentos...

--Te escuché decir que un libro y un medicamento se parecen.

--A su manera, cada uno es un remedio. Encierran dentro de sí las mismas cosas: los deseos, las ganas de estar bien, y crecer y evolucionar... Un medicamento o un libro pueden ser idénticas metáforas para mostrar lo que es la sinceridad de un ser humano en zapatillas. Efectos Secundarios es la suma de diez cajas de cartón, diez pequeñas novelas que se van conectando. Cada vida, como una pieza de puzzle, se relaciona con las demás.

--Han pasado cuatro años desde tu última novela, La importancia de los peces fluorescentes (2009).

--Así es. Siempre me digo, venga, Almudena, en la siguiente no vas a tardar tanto... Tal vez con la próxima lo consiga. Depende de lo que yo mismo sea capaz; tengo mucho respeto a mis lectores. No entrego el manuscrito hasta que no estoy completamente segura de que la botella se puede tirar al mar con todas las consecuencias.

--¿Por qué te gustó el ámbito de una farmacia para el arranque de la novela?

--Porque los prospectos, si queremos, están llenos de vida. Mi frase favorita es "Si tiene alguna duda consulte con su farmacéutico". Eso es lo que hace el narrador de la novela. Preguntó al farmacéutico... Las farmacias son como las cocinas, ahí se tienen las mejores conversaciones. Desde ahí vemos la película de cada vida.

--¿Sigues pensando que una novela es como un edificio?

--Lo creo firmemente porque el andamiaje en el que se apoya la obra es fundamental. Después investigo, todo; los olores, los sitios, cada cosa que se dice... Pero sólo lo hago para mentir con verosimilitud y sentirme cómoda escribiendo... Lo que me interesa es la ficción y que la historia sea creíble. Sólo desde ahí, desde la mentira aparente se pueden decir verdades enormes. Ahí llega el maravilloso momento de la libertad del creador.

--¿Ese es el momento en el que te gusta lanzar pensamientos al aire desde sus personajes?

--En cierta manera, así es. Siempre busco una acción que permita dar importancia a las pequeñas cosas, a los ángulos menos visibles y dejando que los pensamientos de esos personajes salgan al aire. Es la forma que encuentro para lanzar mis propias dudas y reflexionar en alto; es mi manera de lanzar un antídoto al mundo real. La vida en el mundo real a veces encuentro que se presenta como una síntesis permanente. Ahí está la otra pobreza, la pobreza de los que no piensan.

--En tu primera novela, El Curriculum de Aurora Ortiz , ves el mundo desde una portería, desde un call-centre en Las mujeres inglesas destrozan los tacones al andar , desde una Unidad de Sueño en La importancia de los peces fluorscentes ... Ahora desde una farmacia. ¿Es algo premeditado?

--Me gusta situarme en lugares secundarios y hacerlos importantes. A veces en la vida uno ve, por ejemplo... que para conseguir un buen novio hay que sumar dos hombres normales (risas) o que en una boda --por seguir con el ejemplo-- el que se ocupa del guardarropa encierra en sí mismo una vida más interesante que el propio novio... ¿No es así? Tal vez escribo para dejar que hablen los que no hablan normalmente.

--'Efectos Secundarios'. ¿Cuál es la posología para su lectura?

--Lo fundamental, lo que queremos todos los que escribimos --y estarás de acuerdo-- es que te dediquen el momento adecuado... Para que se dé esa magia que llega cuando un buen lector interviene desde la lectura y acompaña activamente en el desarrollo de la historia. Efectos Secundarios se puede leer, o se deja contar, tirando de distintos hilos... Los hilos de las vidas de diez personajes, o a través de los medicamentos que necesitan. También a través de lo que olvidan esas personas o lo que pudo haber sido y no fue... A través de sus mentiras; a través de los objetos que poseen estos personajes, o a través de las lecturas que aparecen, los libros, la música...