Hola, soy Germán, un niño de 18 meses, y tengo encefalopatía estática. No puedo andar, ni tampoco hablar y tengo afectada la visión".

Carmen Algar y Germán Macías empezaron hace días su carrera contrarreloj. Recaudar 40.000 euros antes de enero para instalarse en Santiago de Compostela y proporcionar a su hijo el tratamiento que necesita.

El pequeño Germán nació el 14 de febrero del 2011, pero no fue hasta julio cuando sus padres empezaron a notar síntomas de que su hijo no evolucionaba con normalidad. "No nos miraba, no cogía las cosas, lloraba todo el tiempo, no podía sostener la cabeza...". Ese mismo mes, fue hospitalizado y sometido a un sinfín de pruebas cuyo resultado fue el diagnóstico de una encefalopatía estática, una dolencia causada por infartos cerebrales que le provocaría retraso cognitivo, deficiencia visual y auditiva y problemas de movilidad. Según sus padres, los médicos no saben en qué momento se produjeron los infartos cerebrales ni a qué se debieron. Solo que la fisioterapia y la rehabilitación sensorial es la única herramienta disponible para mejorar su desarrollo. Al menos, eso es lo que pensaban hasta que alguien les habló del doctor Jesús Devesa, un endocrino que, a raíz de que su hijo sufriera un accidente, estudió y puso en marcha un tratamiento llamado Método Foltra, que, aplicado a Germán, podría mejorar notablemente su evolución. "Viajamos a Santiago en septiembre para que lo valoraran y nos dijeron que su lesión, al ser tan pequeño, es fácil de rehabilitar y que, si se actúa rápido, el niño podría ganar autonomía, andar e incluso poder expresarse", explican Carmen y su marido, que desde entonces están empeñados en garantizar a su hijo el mejor futuro posible. El único problema es que la clínica tiene lista de espera para todas las edades menos para los bebés (hasta los 2 años), ya que en es en ese periodo cuando se consiguen mejores resultados. De ahí que el pequeño deba ingresar en enero, antes de cumplir su segundo año de vida. Para ello, Germán Macías, funcionario militar, ha solicitado el traslado a Galicia para el año que viene. "Nos iremos los cinco", comentan, refiriéndose a ellos dos, a su hija de 7 años, al pequeño, de 6 meses, y a Germán, de 18. Al tratamiento, con un coste de unos 2.500 euros al mes, se suma el alquiler de un piso durante un año, que según sus cálculos podría suponer una mensualidad de 450 euros. "Si somos capaces de recaudar el dinero y se supera lo que necesitamos, se donará el resto a otro niño que esté en la misma situación que mi hijo", asegura Carmen, desbordada por la solidaridad y el afecto que está recibiendo desde que empezó su odisea.

Desde que volvieron de Santiago, la familia se ha puesto manos a la obra. "Hemos empezado a vender magdalenas caseras que hace mi suegra, recogemos tapones de plástico y hemos repartido huchas con la historia de Germán y el número de cuenta (2104 325706 9064506561)". En Facebook (micaminoestufelicidad), la historia ha tocado ya a muchos y ya hay gente anónima recogiendo fondos para la causa. Precisamente una de esas huchas y el mensaje que la acompaña ("Hola soy Germán, tengo 18 meses...") fue el que conmovió a Sara Sánchez, propietaria de la cafetería Los Príncipes, en la avenida de El Cairo, que quiso conocer a la familia para prestarle su ayuda. "Pensé que por muchas huchas que estos padres pusieran por Córdoba, sería imposible recaudar una cantidad de dinero tan grande, imaginé que a mis hijas les pasara algo así y decidí que lo mejor era organizar algo grande, un concierto".