El entrenador del Espanyol, Sergio González, aseguró ayer que, pese a la euforia que hay en la afición perica por el posible pase a la final de la Copa del Rey, que "no existe el partido del miércoles, solo Córdoba, Córdoba y Córdoba", su rival de esta noche en Liga. Un rival que es "muy difícil de analizar, hace muchos cambios de nombres y posiciones".

Pese a medirse al colista, Sergio González no se confía. "Es un duelo que a priori todo el mundo da por ganado, pero la motivación es intrínseca. Es un partido trampa porque el rival viene con el cuchillo entre los dientes. El partido más difícil siempre es el siguiente, como si fuera el Chelsea, Madrid o Bayern".

El preparador, que no reservará a nadie con vistas a la Copa, destacó que ganar al Córdoba "nos puede dar mucho en todos los aspectos a nivel de confianza, estabilidad y para sacar mejor fútbol del que estamos sacando. Podemos dar un paso grande de aquí a lo que queda de temporada".

El entrenador espera un contrario "agresivo y que trabajará el partido al límite de intensidad. "Este partido no se les puede escapar porque es una de las finales que tienen".