Adiós a comer olivas: piden eliminarlas de la dieta por esta razón (y no, no es porque engordan)

A partir de ahora, piénsatelo dos veces antes de comerte esa aceituna si tienes alguna de estas enfermedades

Adiós a comer olivas piden eliminarlas de la dieta por esta razón

Adiós a comer olivas piden eliminarlas de la dieta por esta razón

Son uno de los aperitivos favoritos en cualquier bar o mesa: las aceitunas son uno de los pilares de la dieta mediterránea por su sabor, su versatilidad y la cantidad de productos que se pueden producir derivados de ellas. Desde el punto de vista nutricional, las olivas son una fuente de grasas saludables, de fibra, de vitaminas y de minerales por lo que comerlas de forma moderada puede reportar importantes beneficios para la salud.

Pero, como todo en esta vida, es malo en exceso y su consumo por encima de lo recomendado puede traernos consecuencias negativas.

La primera razón por la que cualquier experto recomendaría moderación a la hora de comer olivas es por su alto contenido calórico y graso, ya que se tratan de un ingrediente muy rico en calorías (entre 115 y 290 kcal por cada 100 gramos) y grasas (entre 10 y 30 gramos) aunque estas últimas, monoinsaturadas, son beneficias para la salud.

Analizando el cuadro nutricional de las aceitunas y las consecuencias que puede tener su consumo por encima de lo recomendado, hay varios perfiles que deberían moderar su consumo o incluso plantearse la posibilidad de eliminarlo. Entre estos están las personas que sufren de sobrepeso u obesidad; de hipertensión o riesgo cardiovascular; aquellas que tienen problemas digestivos como gastritis o úlceras y los niños pequeños o ancianos con dificultades para tragar.

Por qué se recomienda no comer olivas

Más allá de grasas o calorías, el exceso de sodio presente en las aceitunas (especialmente en las encurtidas) y que puede aportar entre 600 y 1800 mg por cada 100 gramos: unos valores que pueden poner en riesgo a aquellas personas que sufren de hipertensión o tienen predisposición a ella debido a que puede aumentar la presión arterial.

Por otra parte, aunque las aceitunas tienen un alto contenido en fibras importantes para la salud digestiva, su consumo excesivo puede provocar desde hinchazón hasta gases hasta diarreas, especialmente en el caso de las personas sensibles a este tipo de dolencias.

Pero, sin duda, el mayor peligro que entraña el consumo de aceitunas es el atragantamiento, y es que debido a su sabor y a su textura pueden dar lugar al atragantamiento de personas que tengan dificultades para tragar como niños o ancianos.