JUICIO

Una mujer apuñalada por su exmarido en Benidorm dice que le amenazó de muerte durante 20 años

El fiscal y la acusación particular piden 5 años de prisión para el acusado por tentativa de homicidio al apreciar una alteración psíquica y la defensa alega que no pretendía matarla

El acusado al llegar a la Audiencia Provincial de Alicante.

El acusado al llegar a la Audiencia Provincial de Alicante. / / HÉCTOR FUENTES

Una mujer apuñalada el pasado año por su exmarido cuando iba a trabajar en un hotel de Benidorm ha declarado este miércoles en el juicio celebrado en la Audiencia de Alicante que dos días antes de la agresión le llamó y le dijo que "por la tumba de mi padre, te tengo que apuñalar". Así lo hizo, pero varios testigos pudieron separarlo y evitar que siguiera apuñalándola la tarde del 23 de abril del pasado año. El acusado, que padece un deterioro cognitivo crónico tras haber sufrido varios ictus, ha asegurado al tribunal que no recuerda lo ocurrido pero se ha declarado culpable y ha pedido perdón.

La víctima ha señalado que durante los más de 20 años de relación que tuvo con el acusado recibió constantes amenazas de muerte de su marido, pero nunca le denunció. "Tenía esa costumbre, me ha amenazado toda la vida", precisó.

El acusado, en prisión preventiva desde el pasado año, se enfrenta a una petición de cinco años menos un día de cárcel por parte de la Fiscalía y de la acusación particular. Le acusan de un delito de homicidio en grado de tentativa con las agravantes de parentesco y de género y aprecian la eximente incompleta de alteración psíquica. La acusación particular ha pedido también un alejamiento de la víctima a un mínimo de 500 metros durante seis años -300 metros pide el fiscal-, así como la prohibición de comunicación con ella y libertad vigilada durante diez años.

Defensa

Por su parte, el abogado de la defensa, Alejandro Dapena, ha solicitado que se le impongan entre 20 y 30 meses de cárcel al sostener que el acusado no pretendía matarla. Alternativamente, ha planteado al tribunal que la pena oscile entre 30 y 40 meses de prisión.

La víctima de la agresión, que recibió una puñalada en el pecho y otra en la zona de la mandíbula, ha declarado en la vista oral a través de videoconferencia y ha relatado que un mes antes del ataque ya tuvo un incidente cuando estaba con un amigo en la terraza de una cafetería próxima a su domicilio. Su expareja, según su versión, llegó al bar y se sentó con ellos y estuvieron hablando, pero cuando ella bajó a su casa "empezó a insultarme, me metió la moto encima y me pisó con la rueda y luego cogió un destornillador para agredirme, pero un hombre lo separó y yo eché a correr". Acudió a la Comisaría, pero dijo que cuando supo que lo iban a meter preso «no quise denunciarlo".

Dos días antes de los hechos, ocurridos a las cuatro de la tarde del 23 de abril, la víctima afirma que recibió una llamada de su exmarido y la amenazó de nuevo: "Por la tumba de mi padre, tengo que apuñalarte". La mujer no le denunció y cuando llegó al aparcamiento del hotel donde trabajaba fue atacada por el acusado, que ya le estaba esperando. Se dirigió hacia ella y empezó "a darme puñetazos con una mano y puñaladas con una navaja que llevaba en la otra", ha explicado la víctima, quien hoy no recordaba, a preguntas del fiscal, si al mismo tiempo le decía que iba a matarla.

Auxilio

La mujer fue auxiliada por varias personas que estaba en la zona, alguna de las cuales ha manifestado en el juicio que al principio pensaban que se trataba de una broma. Separaron al agresor y llevaron a la víctima a un lugar para auxiliarla de las heridas de arma blanca. El ahora acusado huyó del lugar y fue detenido posteriormente por la Policía.

El acusado ha indicado que la agresión la cometió con un llavero que portaba, no con una navaja, y aunque la mujer manifestó que hasta ahora no le ha pedido perdón nadie del entorno del acusado, quien afirmó lo contrario y dijo que envió a su hijo al hospital para que lo hiciera.

Sobre la agresión el procesado ha manifestado que "no me acuerdo porque tomo muchas pastillas y tengo una lesión en el cerebro".

Una perito forense ha explicado en la vista oral que el acusado había sufrido con anterioridad varios ictus, uno de ellos unos días antes de los hechos, y pudo sufrir una alteración parcial de su capacidad cognitiva y volitiva el día del apuñalamiento. La perito ha señalado que el acusado tiene un deterioro cerebral crónico.

Tanto el fiscal como el abogado de la acusación particular han mantenido en sus informes que tuvo "claras intenciones de matar", las heridas podrían haberle causado la muerte con una mayor profundidad y salvo la memoria el resto de facultades las tiene intactas. Por su parte, el abogado Alejandro Dapena ha defendido que su cliente no tenía el propósito de matarla y que la vida de la mujer no corrió peligro con las heridas sufridas. Sobre las amenazas de muerte previas referidas por la víctima, Dapena ha apuntado que se habían producido de forma reiterada como una evidencia de su alteración, sin que la propia exmujer llegase a presentar denuncia.