Ejército soviético

Maksim Kuzmínov o la crónica de una ejecución anunciada

Decía a sus compañeros que tenía "miedo a morir" o de acabar capturado en territorio ucraniano

Imagen del piloto ruso Maksym Kuzminov durante una conferencia de prensa en Kiev, , tras desertar a territorio ucraniano, el pasado mes de agosto.

Imagen del piloto ruso Maksym Kuzminov durante una conferencia de prensa en Kiev, , tras desertar a territorio ucraniano, el pasado mes de agosto. / EFE

Teresa Domínguez | Mercedes Gallego | P. Cerrada

Maksim Kuzmínov, capitán de la Aviación rusa, se graduó en la Escuela de Aviación de Sizran, en el sur de Rusia. Seguía el ejemplo de su abuelo, un reputado piloto de cazas del entonces Ejército soviético. Kuzmínov fue destinado a servir en el Lejano Oriente ruso, en el área de Vladivostok, donde entre sus compañeros tenía fama de ser una “persona tranquila” y pedir “trabajo pacífico”, operaciones de carga que no tuvieran que ver con misiones militares. Decía a sus compañeros que tenía "miedo a morir" o de acabar capturado en territorio ucraniano. Intentó dejar el Ejército incluso antes de la invasión de Ucrania, pero no se lo permitieron.

El 9 de agosto de 2023, cuando el capitán Kuzmínov del 319.º Regimiento Separado de Helicópteros de la Aviación Militar de la Federación Rusa llevaba seis meses hablando con los ucranianos (fue él quien se ofreció a desertar tras hablarles por un canal cifrado de Telegram a finales de 2022, lo que puso en marcha la "Operación Sinytsia" del servicio de inteligencia ucraniano, el GUR, para 'rescatar' al aviador ruso), el Mi 8 de combate que pilotaba despegó de la base de Kursk para llevar piezas de aviones caza a Járkov. En la aeronave iban dos tripulantes más.

La llamada a otras deserciones

Un mes después de la deserción, en septiembre, Kuzmínov, de 28 años en ese momento, aparició en el documental "Pilotos derribados de Rusia". Flanqueado por dos militares del Ejército de Zelenski, explicó que ese 9 de agosto decidió culminar su plan de pasarse al otro lado. Lo hizo al ver que estaba muy cerca de la frontera y que podía volar tan bajo que los radares no podían captar su posición. Tras internarse unos 20 kilómetros en territorio ucraniano, aterrizó. Él recibió un tiro en una pierna y sus dos compañeros, ajenos a lo que sucedía, salieron corriendo despavoridos y acabaron muertos, abatidos a tiros. Los familiares de ambos fueron los primeros en pedir la cabeza de Maksim.

El joven piloto, que recibió medio millón de dólares del Gobierno de Kiev por cambiar de bando y entregarles el Mi 8 y documentación, no solo dejó en evidencia a los rusos con esa acción, sino que además hizo un llamamiento público en ese documental a que más aviadores de su país siguieran sus pasos: “No te arrepentirás en absoluto. Tendrás absolutamente todo para el resto de tu vida. Simplemente, no sabes mucho, no has visto mucho de cómo viven otras personas. Cuando todo esto se os revele, cambiaréis fundamentalmente de opinión”, dijo, mirando a la cámara.

"No quiero facilitar los crímenes ni el genocidio"

Además, explicó cuáles fueron sus razones para abandonar el Ejército ruso. "Lo que está sucediendo ahora es simplemente un genocidio del pueblo ucraniano, un genocidio tanto de los ucranianos como de los rusos. El motivo principal de mi decisión fue no facilitar estos crímenes", explicó Kuzmínov.

Casi un mes después, el 1 de octubre, la televisión rusa admitió públicamente la deserción del capitán de Aviación Maksim Kuzmínov, lo declaró oficialmente "traidor" y, a través de una emisión de la televisión pública rusa, unos soldados encapuchados explicaron que tenían encomendada una misión: aniquilar al traidor.

Inicialmente, el aviador se quedó en Ucrania, protegido por el GUR, al igual que su madre, que se había ido a Ucrania antes de la deserción, pero, en algún momento, decidió viajar a España e instalarse en Alicante. El pasado día 13, tras ser localizado por el SVR, el servicio secreto ruso que se ocupa de las amenazas en el exterior, al menos dos ejecutores cumplieron la amenaza y lo mataron en el garaje de la Vila de seis tirosEra munición rusa. Una declaración de culpabilidad y de intenciones. La sentencia estaba cumplida.