Cuando los inversores internacionales cursaron el lunes las órdenes de venta de activos japoneses, la Bolsa de Tokio ya había cerrado con una caída del 6%. Así que el grueso de esas órdenes se concentraron en la sesión de ayer. La avalancha tuvo un repercusión más grave que la del día anterior, el Nikkei se desplomó más del 10%. El efecto negativo se vio, por otra parte, reforzado por la amenaza que suponen las fugas de la central nuclear de Fukushima y la paralización de otras centrales, que han experimentado daños y que han provocado recortes en el suministro eléctrico que afectan a la industria. "La de automoción, las petroleras y siderometalúrgicas han parado buena parte la producción", destacó Miguel Angel García, director de inversiones de Banca March.

AFECTACION DEL PIB Aunque Japón no está utilizando su capacidad de generación de electricidad al 100%, "los cortes de suministros pueden representar la parte más importantes de afectación del PIB", afirma Jaume Puig, director general de la gestora de GCV Gaesco, que gestiona un fondo que invierte directamente en Japón. Según la estimación de esa sociedad, el producto interior bruto nipón puede caer el 1,7% como consecuencia de los efectos del terremoto y posterior tsunami. De esta forma, el crecimiento esperado puede ser del 2% en lugar del 3,7% previsto antes de que sucediera la catástrofe.

La contribución al PIB del país de las tres prefecturas más dañadas por el terremoto (Iwate, Miyagi y Fukushima) es solo del 4,1%. Se trata de una contribución moderada, dado que no es una zona altamente industrializada, pero al ser suficientemente amplia ha afectado a un mayor número de infraestructuras que el terremoto de Kobe de 1995. El efecto sobre el PIB de aquella tragedia, que causó más de 6.000 muertos, fue del 2%. Ese precedente hace pensar a los analistas que el impacto negativo, en todo caso, será pasajero. "A corto plazo el crecimiento se verá negativamente afectado por la reducción de la actividad económica, pero a largo plazo la reconstrucción mejorará la actividad económica del país", afirma García.

PRODUCCION Y CONSUMO Para algunos analistas financieros, está por ver cuál será el impacto final: "Puede ser peor tanto en vidas humanas como en daños materiales que el de 1995", destaca Barclays Capital en una nota sobre la situación del país asiático. Es previsible la caída de la producción industrial y del consumo personal. Pero más a medio plazo se espera "un impacto positivo en el PIB por la demanda que genera la reconstrucción del país", agrega Puig. La situación de las empresas japonesas en la actualidad no se puede comparar con la que tenía el país en el año 1995, cuando cotizaban con un beneficio por acción muy elevado y no generaban caja, justo una situación contraria a la actual.

Pero sí que puede ser comparable la evolución del yen en los mercado de divisas. Como ocurrió en 1995, la divisa tiende a revalorizarse por la repatriación de capitales. Japón tiene un fortísimo superávit por cuenta corriente y muchos activos en otras divisas. Asimismo, el volumen de ahorro es bastante alto, lo que significa que los japoneses estarán en disposición de consumir para recuperar bienes perdidos.

Así las cosas, se anticipan sectores económicos que pueden beneficiarse del trabajo que queda por hacer. Como las grandes beneficiadas se señalan a las empresas de infraestructuras que tienen el 80% de su actividad dentro del país. Por contra, las aseguradoras japonesas registraran el mayor impacto negativo del terremoto.