Opinión | LA CURIOSA IMPETINENTE

Ábalos y todo lo demás

Ábalos no se va aunque el PSOE se lo ha exigido. El sábado Sánchez porfió en su ejemplaridad como bandera, (y seguramente por eso él y sus socios rebajaron la pena por malversación). También reiteró que sería implacable con la corrupción «venga de donde venga» o sea tanto me da el hermano de Ayuso como José Luis, cuando en el caso de su odiada del alma todo está escrito, pero él insiste en su estrategia de ventilador de guano-. Santos Cerdán fue a ver al ya apestado, como ha preferido autodefinirse él, pero no pudo convencerle, pese al «caiga quien caiga» del hasta ayer jefe de ambos. Desde entonces y ya antes, todo ha sido una sucesión pestífera de lugares comunes y una pesadilla abyecta de «dèjavu». Cutremente y después de sonreír como siempre, aunque un poco más contraída, Alegría insiste en que el PSOE ha tenido una actuación impecable y que será implacable. El acusado que todavía no lo es de nada pero al que ya todos han condenado se niega a dejar su acta, se pasa al grupo mixto, donde no le quieren tampoco y provoca esos gestos destemplados a los que nos tiene acostumbrados el tan maleducado como siempre Patxi. Seguidamente al que todo fue, todo se le niega, se le manda al gallinero porque no quiere irse a casa: -Sería admitir que soy culpable.-Presidente, ¿usted le cesó por eso? -Sería admitir que yo lo sabía. ¡Oh, la fuerza del condicional! -

-José Luis, tira de la manta que te van a dejar colgado- le insta Semper. Y él. -Comparezco aquí en defensa de mi honor- que tanto pasear a Delcy por el aeropuerto y y tantos sapos tragados para acabar así como un Urdangarín de Casa del Pueblo.

En conclusión primera, pues la historia no ha hecho más que empezar, no se entiende que si Santos Cerdán es el que puso en contacto a Ábalos con el aizkolari, si este era ángel custodio de los avales del jefe, si le vendió a Illa, Marlaska, Armengol y Torres las mascarillas de la vergüenza, por qué es solo Ábalos el apestado. Porque de momento lo único cierto es aquello tan bíblico de «conviene más que muera un solo hombre».

* Profesora

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