Opinión | mirar y ver

Vivir es progresar

«La vida es breve. Nadie puede permitirse el lujo de perderla»

Cuatro de la tarde de hace unos años. Bochorno y presagios de tormenta por el cielo. Bastante cansada, tras una intensa mañana de trabajo, llego al centro de adultos donde, concertado por el Ayuntamiento, me espera una convivencia con estas especiales alumnas que en riguroso ‘protocolo’ me esperaban. Nos cruzamos instantes de desconcierto. Ellas, expectantes. Yo, confundida, por el número elevado de asistencia y, sobre todo, por el gesto de amable complicidad, patente en sus rostros. Su respectiva profesora hace una breve presentación, suficiente, no obstante, para que, frente a frente, caiga en la cuenta de que, a pesar de los años de aquellas personas, efectivamente, me encuentro ante un grupo privilegiado de alumnas. Y digo privilegiado porque es fácil intuir tras cada una de sus vidas una larga historia de marginación, de trabajo... de olvido: ellas no fueron jamás niñas de escuela. Esas bonitas experiencias de coger una cartera, unos libros, de celebrar unas fiestas junto a compañeros y profesores, de jugar en el recreo... ellas jamás las vivieron. Para ellas no hay maestras que recordar, ni alegres aulas con las que soñar. Se perdieron, y eso es lo más lamentable, el enfoque vital que proporciona la cultura y, por supuesto, me atrevo a pensar, que vivieron inmersas, en mayor o menor grado, en la esclavitud que genera la incultura. Pero he aquí, y esto es lo más sorprendente que, sin prejuicios, sin agobios, sin desánimos, se han lanzado a la recuperación posible de los años perdidos. Me maravilla su interés por todas y cada una de mis palabras que, poco a poco, van distendiendo la tensa situación del encuentro. Y el diálogo se hace tan fluido que sus problemas, a flor de piel, me conmueven: su escuela corre peligro de ‘extinción’. Y se manifiestan en una justa reivindicación: tienen derecho a aprender, a pesar de sus años. Si hay dinero para tantas cosas, ¿por qué no para ellas que desean conocer, al menos, la magia de las palabras escritas? Desde aquí, hoy, quiero solidarizarme con vuestra causa, porque, para mí, vivir es progresar en esa dirección que conduce hacia uno mismo, hacia la realización de todas aquellas cosas que nos son importantes. La vida es breve. Nadie puede permitirse el lujo de perderla. Ánimo, pues, y que no decaigan vuestras esperanzas e ilusiones.

*Maestra y escritora

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