Opinión | la cafetera de aspasia

La biblioteca de Babel

«En esta ocasión ha faltado contar con las obras de autoras cordobesas»

Hemos visto las imágenes y leído las noticias de la inauguración en nuestra ciudad de la esperada Biblioteca Grupo Cántico. En un país en el que hay una representación aproximada de, al menos, veintiún bares por cada biblioteca, esta inauguración es motivo de alegría ciudadana.

El acto inaugural ha contemplado colocar simbólicamente en las estanterías de la misma un facsímil de una revista dedicada a este célebre grupo poético que da nombre al centro y un libro de poemas de Antonio Gala. Ambas, dos referencias imprescindibles para la cultura de las letras cordobesas, muy queridas por todos.

En esta inauguración simbólica, liderada por el presidente de la Junta de Andalucía y nuestro alcalde, se ha defendido la idea de inaugurar una biblioteca «para el siglo XXI». En la fotografía del acto veo a nueve personas, sólo una mujer. No sé si esto es algo muy de este siglo, espero que no. Algo que me entristece porque, en cultura, la presencia femenina es más que destacable, imagino que serán cargos representativos e institucionales. Que son los que son.

Es muy difícil hacer las cosas de manera que agraden a todo el mundo, sería incluso peligroso, ya que rozaríamos ese peligro que explota el populismo... pero, creo, que en esta ocasión ha faltado algo de sensibilidad para contar con las obras de autoras cordobesas, que hay unas cuantas y de gran calidad, como Juana Castro. Quizás el criterio ha sido elegir dos fenómenos literarios cuyos protagonistas estén fallecidos, pero -aún así- considero, personalmente, que la autora tiene una trayectoria suficiente, tan consolidada y estable que hubiera sido un buen detalle colocar también su obra simbólicamente en esta inauguración. Estamos hablando de una escritora que recibió el XII Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija en 2021, que ha sido Medalla de Andalucía en 2007, Premio Nacional de la Crítica en 2010, Premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer en 1998 o que obtuvo el Carmen de Burgos en 1996. Sin olvidar que se ha traducido al catalán, francés, polaco, árabe, checo, neerlandés, chino, letón, inglés e italiano.

A veces, tenemos que hacer un esfuerzo por proteger y visibilizar a las creadoras, para evitar que lo único que les espere sea «una isla de vestidos»... o «un paraíso de espejos».

*Artista y profesora de la Universidad de Sevilla

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