Opinión | Guadalquivir

Verano del 23

«Este verano, al atardecer, mis paseos por la ribera del río Guadalquivir me han permitido reflexionar serenamente hacia dónde vamos»

Me apresuro a identificar uno de los veranos más calurosos y extraños de los vividos. Una rara sensación que el tiempo está pasando rápidamente y cargado de incertidumbres, cambios espectaculares, vértigo emocional y profesional. Este verano, al atardecer, mis paseos por la ribera del río Guadalquivir me han permitido reflexionar serenamente hacia dónde vamos. A mi derecha, las lentas y escasas aguas del gran río van a duras penas buscando la mar, buscando morir; por mi izquierda, el tren de media distancia pasa veloz con destino seguro. Un tren siempre para tomar. En la vida, personas y proyectos agotados terminan sus días inteligentemente o abriendo la caja de Pandora. La renovación del presente y el futuro es inevitable. El tren ya está en marcha, o lo tomas o te sientas en el banco cual Penélope esperando añorados tiempos pretéritos.

Un verano de profundos cambios políticos, a raíz de las pasadas elecciones municipales, y multiplicado por los efectos colaterales de la convocatoria electoral del 23 de julio. Hoy jueves 17, se puede intuir que va a ocurrir en el corto plazo, con la constitución de la Mesa del Congreso de los diputados y una visualización del posible candidato y gobierno de España. Un acontecimiento que puede parecer equidistante de nuestras tangibles realidades es más determinante de lo que podamos pensar localmente. Estemos, pues, muy atentos a lo que resta de verano que será más ardiente aún, lo pienso.

Mientras, por el paseo Alfonso XIII, volverá la muy antigua real feria de Palma del Río, concedida por el rey Juan II de Castilla en 1451. Su hija, la reina Isabel la Católica, y su marido, el rey Fernando, reafirmaron este privilegio y así hasta nuestros días, un mercado franco de quince días que comenzaba el día 15 de agosto. Siglos más tarde, la feria palmeña quedó señalada el día 24 de agosto, san Bartolomé. Este año, es innegable, está adelantada una semana. El verano festivo prosigue con la romería y solemnidad de la Virgen de Belén. Devoción medieval como la real feria. No tan antiguo, desde 1983, se edita una revista y se proclama un pregón en el santuario. Cuántas historia por contar este verano, cuántas vividas y por vivir, y cuántas más planificando en el verano del 23.

*Doctor en Historia

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