Opinión | ERROR DEL SISTEMA

Traga, mujer

Si ella no fuera mujer, no dolería tanto. Si no hubiera afirmado con voz firme, rostro amable y contundencia en sus palabras: «Soy una mujer del año 2023, una mujer de mi tiempo, una mujer moderna, del siglo XXI, que quiere una Extremadura inclusiva, donde quepamos todos, solidaria, competitiva». Sí, no sería tan doloroso si María Guardiola, antes de quebrar en público y en tiempo récord sus principios, no se hubiera parecido tanto a la inmensa mayoría de las mujeres de este país, sean o no votantes del PP.

Porque ahora ya no nos puede quedar ninguna duda. A cualquier mujer moderna, del año 2023, con un gobierno del PP y Vox, lo que le queda es tragarse sus opiniones, comerse su dignidad, agachar la cabeza y anunciar con voz trémula su rendición. Aunque haya conseguido el reconocimiento de las urnas, aunque opte a la presidencia de Extremadura. Cuando Guardiola anunció que no dejaría entrar en su gobierno a «aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a la papelera una bandera Lgtbi» no estaba hablando como una política de extrema izquierda, lo hacía como una simple defensora de los derechos humanos, de los más básicos, de los que nos separan, a todos, de la barbarie.

¿En qué punto de la historia nos hallamos que las palabras de Guardiola le sonaron a la jauría mediática de la derecha a una llamada a la revolución comunista? ¿Se ha certificado ya la defunción del conservadurismo democrático? ¿Ha muerto el centroderecha? ¿Demonizamos a la ONU? Vox es, aún más desde los últimos cambios en su cúpula, el retorno puro y duro de la Falange, el fundamentalismo sectario. «El día de mañana vamos a ver la bandera de los pedófilos y vuestros hijos y mis nietos pueden estar metidos en eso», así se expresó el pasado jueves un concejal de Vox de Mérida sobre la bandera Lgtbi.

Para justificar su forzado pacto de coalición con Vox, Guardiola ha afirmado ahora: «Mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños». En este caso, el empleo del masculino genérico ha sonado más reductivo que nunca. Para las mujeres, para las niñas, ¿qué lección lega la sumisión de Guardiola? En los diez días transcurridos entre su primera declaración y su rectificación, dos mujeres treintañeras han sido asesinadas en España. Y se han sumado nuevas agresiones homófobas. Feijóo y la jauría forzaron a Guardiola a rectificar. Mientras, la violencia machista ha seguido quebrando vidas.

* * Escritora

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