Opinión | APRENDER PARA CONTAR

El 11F y el 8M no son códigos secretos

Son las fechas de celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, y el Día Internacional de la Mujer

Son dos fechas de celebración y compromiso. La Organización de Naciones Unidas celebra desde 2018, el 11 de febrero, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. El objetivo es ayudar a reducir la brecha de género mediante actividades de educación y sensibilización pública.

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, institucionalizado también por Naciones Unidas desde 1975 y, mucho antes, en marzo de 1911 en Europa se celebró una primera gran conmemoración de la mujer trabajadora.

Las fechas que dan título a este artículo son importantes porque nos hacen reflexionar sobre un problema no resuelto en nuestra sociedad. Aun en Europa, paradigma de sociedad avanzada, las mujeres no se atreven con carreras científicas o tecnológicas. Estoy exagerando, claro está. Yo misma soy un contraejemplo de lo que acabo de decir. Estudié Ciencias físicas, hice un doctorado en astronomía y trabajo en un mundo de científicos. Así es, científicos porque es un mundo que, en determinados niveles, es muy masculino y esto es algo que las mujeres podemos revertir. Solo hay que plantearse no autoimponernos límites.

El sufragio universal fue una gran lucha social de los deprimidos -la mujer estaba entre ellos-. Sucesos dramáticos y trágicos sucedieron a lo largo del XIX y principios del XX. En marzo de 1857 hubo una protesta en masa por las condiciones laborales en una fábrica textil en Nueva York, con el lema «pan y rosas». La revolución industrial, tan beneficiosa en muchos aspectos, había derivado en condiciones precarias e indignas para los trabajadores en general y ahí las mujeres llevaban la peor parte, cobrando además la mitad que sus compañeros... las revueltas fueron reprimidas de modo violento. Se sucedieron más episodios y manifestaciones, el incendio de otra fábrica textil, también en Nueva York,... y en marzo de 1911, Estados Unidos junto con algunos países europeos proclama el Día internacional de la mujer. En él se reivindicaba el derecho al trabajo, a la formación profesional, y a la no discriminación laboral, además del derecho al voto y a ocupar cargos públicos. Seguro que conocen la novela ‘Los miserables’ de Víctor Hugo y la maravillosa música que compuso Claude-Michel Schönberg para hacer uno de los mejores musicales de todos los tiempos. El personaje de Fantine y su trabajo en la fábrica nos hace imaginar un poco a lo que se enfrentaba la mujer a las puertas de la revolución industrial. Explotación y abuso y total ausencia de protección social.

Yo nunca he sido de efemérides, -tampoco de ser bandera de nada- ha habido luchadores y emblemas de la sociedad que han merecido premios, estatuas, libros, pasar a la historia... son nuestros próceres. Sin embargo, y ya me estoy corrigiendo, las efemérides sirven para no perder la memoria. Para recordar que este mundo, que tan imperfecto nos parece, y seguramente es, antes lo fue aún más. Nuestra sociedad no puede ser un niño malcriado que cree que se lo merece todo porque ignora todo lo que podría no tener. Nos han transmitido un gran legado y tenemos que ser agradecidos, solo así podremos, y tendremos el derecho de ir a por más. Solo así, lo haremos con conocimiento de causa y sabiendo en qué nos metemos.

Hoy es inconcebible una sociedad en la que la mujer no vote, o no pueda disponer de su dinero, o no tenga la decisión sobre sus hijos. Esto sí sucedía principios del siglo XX (ojo, ahora también pasa en algunos países, pero ese tema requiere otro análisis). A lo que quiero llegar es a que nos pongamos en el lugar de la sociedad de principios del siglo pasado a la que me estoy refiriendo. Que pensemos en la impotencia, indefensión y valentía de las mujeres que lucharon por la igualdad de derechos con graves riesgos para su vida y con el riesgo seguro de ser excluidas de la sociedad en la que vivían, de ser prejuzgadas, apartadas, mal consideradas. Eran mujeres fuertes, convencidas; admirables.

Por eso ahora me planteo, ¿cómo vamos a tener, nosotras, miedo de elegir estudiar física, o matemáticas o ingeniería, o química o geología... o lo que queramos? ¿No se dan cuenta de lo absurdo de ese miedo? Este artículo va para los jóvenes, ellas y ellos. Las disciplinas científicas son apasionantes. Nos obligan a emplear el raciocinio, que es algo para lo que estamos -el género humano- particularmente dotados. No sé de dónde, nosotras, hemos sacado ese miedo a no dar la talla, a no ser capaces. Un miedo que tenemos que combatir entre todos y también de modo personal. Como casi todo lo complicado, entre lo que se encuentra superar límites y prejuicios, es una tarea de vida. Seamos valientes, atrevámonos, y a lo largo de la vida configuraremos nuestra profesión y hagámoslo bien. Algunas, solo algunas, lo harán excepcionalmente bien, pero ¿no pasa siempre así, en todo y a todos?.

Los excepcionalmente buenos son muy pocos, en todas las profesiones, las de ciencia también y para que haya algunos y algunas excepcionalmente buenos tiene que hacer muchos muy buenos y eso es lo que tenemos que conseguir.

** Astrofísica

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