Opinión | La primera Navidad

Apuntes 'académicos' en torno al Belén (1)

El autor inicia una serie de siete capítulos en los que analiza la historicidad de los datos evangélicos sobre el nacimiento de Jesús

Bajo este título voy a dar unas pinceladas breves acerca de la historicidad de los datos evangélicos sobre el nacimiento de Jesús y sobre su familia, padres y hermanos. He titulado este texto Apuntes académicos porque pretendo informar de modo sencillo y asequible, libre de notas eruditas o citas de autores, acerca de la historicidad de los así llamados “evangelios de la infancia” (capítulos 1 y 2 de los evangelios de Mateo y Lucas), aunque, a decir verdad, habría que hablar de “evangelios del nacimiento de Jesús”. Solo el evangelista Lucas refiere una escena de este a los doce años en el templo, hablando con los maestros de Israel. Entre el nacimiento y la denominada “vida pública” de Jesús hay, por tanto, un largo periodo de tiempo del que nada dicen los evangelios canónicos. Han sido los apócrifos quienes han tratado de llenar este espacio con historias y leyendas que nada tienen de histórico, pero que sirven para saber cómo las distintas comunidades cristianas primitivas abordaron la así llamada “vida oculta” de Jesús”.

Estas anotaciones van dirigidas tanto a creyentes como no creyentes, pues se centran fundamentalmente en dilucidar el grado de historicidad que puedan tener estos relatos evangélicos.

Frente a la escasez de noticias sobre Jesús por parte de los historiadores judíos o greco-romanos, el Nuevo Testamento, en general, y los evangelios sinópticos, en particular, dan abundantes noticias sobre Jesús, aunque resulte difícil saber con certeza qué es lo histórico o no en ellos, pues los evangelios no son libros de historia y lo que allí se dice de Jesús es una recreación de su figura a la luz de la fe de los primeros cristianos y de las Sagradas Escrituras judías.

Con todo se pueden enumerar algunos datos que los historiadores consideran razonablemente aceptables desde el punto de vista histórico.

Lo que nos cuentan los evangelios de la infancia de Jesús en los dos primeros capítulos de los evangelios de Mateo y Lucas no son hechos históricos, sino una especie de catequesis sobre los primeros años de la vida de Jesús, nombre este bastante común entre los judíos, en hebreo Yehoshua (Yahvé salva). Así se llamaba el autor del libro del Eclesiástico, y el caudillo (Josué= Jesús) que condujo al pueblo de Israel hasta la tierra prometida. 

Son dos, por tanto, los evangelistas que hablan del nacimiento e infancia de Jesús, Mateo y Lucas:

 -En el Evangelio de Mateo, José es el protagonista que salva a su familia, llevándola a Egipto como el patriarca José en el libro del Génesis (cc. 45-46) lo había hecho con la suya. Como el faraón mandó matar a los primogénitos de Egipto, Herodes manda matar a los niños de Belén y alrededores. Como Moisés sacó al pueblo de la esclavitud de Egipto, Jesús sacará al pueblo de la esclavitud de la muerte para llevarlos a la tierra prometida de la resurrección. 

-El Evangelio de Lucas (cc. 1 y 2), por su parte, no sabe casi nada de esta historia de la infancia de Jesús en el evangelio de Mateo. Este presenta dos historias paralelas: la del anuncio y nacimiento de Juan Bautista y Jesús. En el centro del relato de Lucas se narra el encuentro entre María e Isabel. En el evangelio de Lucas, la protagonista es María y no José

Entre estos dos evangelios hay dos puntos en común: el nacimiento de Jesús en Belén y  la concepción virginal de María y poco más. Lucas no sabe nada de los magos, y Mateo, nada de los pastores. Para Mateo, Jesús nace en tiempos del rey Herodes y para Lucas con ocasión del censo de Quirino que mandó que cada uno fuese a inscribirse en su ciudad. 

Con ambos relatos, entendidos casi al pie de la letra, como si de hechos históricamente acaecidos se tratase, y con mucha imaginación en nada basada en los textos se han montado los belenes de Navidad

* Catedrático de Filología Griega

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