Poco hay que ver en la televisión que valga la pena, salvo algunas películas que se pescan aquí y allá. Hay empero un programa que me fascina y en el que quiero recalar: ‘Aquí la tierra’, de un sano y amable ecologismo actual. Lo lleva Jacob Petrus.

Viéndolo se descubren increíbles rincones de nuestra hermosa España, y se descubre también su rica sabiduría culinaria y ecológica.

Encontramos miles de pequeños agricultores, a los que nadie ayuda desde el Estado, y que trabajan duramente, ingeniándoselas para colocar preciosos cultivos ecológicos. Conservan la tradición. Como los maravillosos restaurantes pequeños que nos ofrecen su riqueza culinaria, que nada tiene que ver con las horteradas de determinados programas televisivos...

Descubrimos también preciosos parajes ignotos de nuestra hermosa España, el mejor lugar del mundo si el chicle apestoso de la globalización no lo devora. El lugar de gente más abierta y amable y encantadora, llena de valores que ya cantó Cervantes...

Y entonces me pregunto por qué, desde organismos oficiales como el Ministerio de Agricultura y el de Consumo, no se apoya a estos pequeños agricultores, pescadores, artesanos y ganaderos, para que sus valiosos y delicados productos se distribuyan en las grandes cadenas del país, que buscan la bazofia barata venida del exterior.

A mí me fascinan estos testimonios de la tradición española más auténtica, en este programa. Me lleva a pensar además que la ecología ya no es una cuestión de un posicionamiento político determinado, sino de simple y única supervivencia, frente a los depredadores que buscan el beneficio de modo salvaje, como las compañías eléctricas que vacían los embalses, ahora que nos viene, al parecer, la temible sequía… Solo por poner un ejemplo…

Ojalá todos los partidos políticos se pusieran por una vez de acuerdo, para defender estos principios comunes de nuestra rica tradición y las gentes que aún la mantienen viva y la cultivan, con el arduo trabajo y sudor de su frente.

*Catedrático de universidad y escritor